Las experiencias en avión son diferentes de acuerdo a la aerolínea, la compañía, la duración y un poco de tus compañeros de vuelo. Ya sea por motivos personales o laborales, planear un viaje puede ser una gran experiencia o una fuente constante de estrés.
Desde elegir las fechas, comprar los boletos, empacar, planear la estancia en el destino, entre otras cosas, las personas buscan tranquilidad desde el primer momento y eso incluye en el vuelo.
Pero tal parece que es imposible para algunos tener un viaje relajante y en su lugar se encuentran en una situación bastante incómoda.
Morgan Lee, originaria de Florida, Estados Unidos aprovechó su momento de crisis para compartir a través de su cuenta de TikTok, el ruidoso y agotador viaje que tuvo que sufrir debido a un infante.
Resulta que un niño estaba sentado cómodamente en su asiento designado causando un alboroto por 3 horas consecutivas, Morgan tuvo que aguantar las patadas y llanto del niño mientras su madre dormía.
Fue así como el pequeño convirtió el viaje de la joven y de muchos pasajeros más, en una pesadilla. Para esto, la mamá no hizo absolutamente nada para tratar de tranquilizarlo o hacerlo guardar silencio para evitar molestias.
“El vuelo fue de 3 horas y escuché esto todo el tiempo“, dijo en la red social, por lo que se preguntó “¿Por qué no existen los vuelos solo para adultos? yo pagaría MUCHO dinero”.
Su TikTok despertó muchos comentarios sobre la posibilidad de hacerlo realidad. Lo que ella propone no es tan descabellado como podría sonar, así como existen autobuses para mujeres para garantizar su seguridad, tal vez en un futuro cercano, las aerolíneas puedan abrir vuelos para personas que no tienen bebés o que simplemente no los quieren en su viaje.
Algunos usuarios no se detuvieron y la criticaron por su falta de empatía y paciencia. Mientras que otros sí apoyaron su petición y aseguraron que ellos también pagarían más si se les garantiza la tranquilidad en su vuelo.
Morgan también señaló en la publicación que tenía auriculares con cancelación de ruido, pero que no fueron de suficiente, sobre todo por la incomodidad que representaban las patadas del infante.