Desde la “torre inclinada de pizza” a un pescado que se corta y cocina a sí mismo, la creación de esculturas de comida de plástico se convierte en un arte en Japón, protagonista de una exhibición esta semana en Tokio.
Las piezas alcanzan con el mismo nivel de detalle de las sopas de fideos y los crujientes aperitivos de plástico que se han exhibido durante largo tiempo en las vitrinas de los restaurantes japoneses, llamados “shokuhin sampuru” o simplemente “productos de comida de muestra”.
Los “sampuru” son habituales en los establecimientos de ramen, una contundente sopa de fideos, o en los restaurantes familiares de este país que hace un siglo empezaron a usar modelos de cera para promocionar su carta a una clase media en expansión.
“Normalmente tenemos que seguir las indicaciones de los clientes. Tomamos sus ideas cuando hacemos las piezas”, explica a AFP el artista Shinichiro Hatasa, de 57 años.
Pero “puedes usar tu imaginación”. “La forma como termina depende totalmente de ti”, añade.
Para la exhibición, Hatasa ideó un maíz tomando el sol en la playa.
Otras creaciones incluyen una gamba frita con cuatro patas empanadas que anda como un tigre sobre una montaña de col o un juego del Tetris hecho con pollo.
También un plato tradicional de desayuno japonés consistente en soja fermentada llamado “natto” se eleva hacia arriba en forma de espiral como si fuera un poderoso tornado. La escultura, obviamente, se llama “nattornado”.
En total, hay unas 60 esculturas expuestas, algunas simples, pero otras que muestran todas las habilidades de los artistas.
“No son reales, pero lo parecen tanto. Es maravilloso”, dice Reiko Ichimaru, uno de los asistentes.
– “Las hamburguesas son para principiantes” –
Todos los modelos están hechos a mano por especialistas del grupo Iwasaki, la empresa líder en producción de “sampuru” que celebra este año su 90º aniversario.
En su fábrica de Yokohama, cerca de Tokio, los artesanos primero elaboran moldes de los ingredientes de los platos preparados por los restaurantes.
Entonces empieza un meticuloso trabajo para decorar las muestras y darles un aspecto tan realista como sea posible, desde gotas de humedad en un vaso frío hasta sutiles magulladuras en la superficie de una fruta.
“Los productos frescos son más difíciles de hacer. Verduras frescas, pescado fresco. Los productos cocinados son más fáciles” porque los colores son menos complicados, explica el director de la fábrica, Hiroaki Miyazawa, de 44 años.
“Las hamburguesas son para principiantes”, añade.
La comida de muestra es un negocio multimillonario en Japón, aunque también se ha visto impactado por la pandemia del coronavirus, que ha recortado la demanda de los restaurantes.
Los productores de “sampuru” confían en que pronto los turistas puedan volver al país para revitalizar la restauración, pero mientras usan sus habilidades en otros sectores.
Así, los artesanos de Iwasaki han hecho réplicas de bananas con diferentes niveles de madurez para que las fábricas puedan usarlas para entrenar a los nuevos trabajadores.
También han recibido pedidos de negocios informáticos que, por ejemplo, quieren rúters wifi de broma para sus presentaciones.
Y mientras, en la exhibición, los diseños más originales hacen las delicias de niños y adultos.
“Creo que el número de restaurantes usando comida de plástico de muestra está disminuyendo”, opina Yutaka Nishio, de 52 años. “Es interesante preservar esto como un arte. Es realmente fantástico”.