El Supremo Tribunal Federal (STF) de Brasil será presidido a partir de septiembre por la jueza Rosa Weber, tercera mujer en liderar el máximo tribunal del país, constantemente en la mirada del presidente ultraderechista Jair Bolsonaro.
“Especialmente en estos tiempos tumultuosos que estamos viviendo, el ejercicio de este cargo es un enorme desafío”, declaró Weber, de 73 años, tras ser elegido este jueves por los restantes diez jueces del tribunal.
Cada dos años, el pleno elige un nuevo presidente siguiendo la tradición de elegir al miembro más longevo de la corte que no haya ocupado ese cargo hasta la fecha.
Apenas otras dos mujeres ya presidieron el STF en su historia, que se remonta al siglo XIX: la jueza Cármen Lúcia (2016-2018) y la exmagistrada Ellen Gracie (2006-2008).
Entre las funciones del presidente está la de definir la agenda de votaciones del tribunal, encargado en Brasil de juzgar denuncias de violaciones a la Constitución y de los casos que involucran autoridades con fuero, como ministros y el presidente.
Bolsonaro, aspirante a la reelección en octubre, critica con frecuencia a los ministros del STF, que en diversas ocasiones han frenado medidas de su gobierno o han autorizado la apertura de investigaciones sobre él y sus aliados.
“Esos pocos sordos de capa negra tienen que entender lo que es la voz del pueblo”, dijo el presidente al lanzar su candidatura a la reelección el mes pasado.
El mandatario también alimenta públicamente un enfrentamiento con los miembros del Tribunal Superior Electoral (TSE), con constantes alegaciones de fraude y cuestionamientos -sin pruebas- del sistema electrónico de votación que funciona en Brasil desde 1996.
Esta actitud alimenta temores de que no reconoce una eventual derrota e intención de emular al expresidente estadounidense Donald Trump, al que muchos acusan de incitar las protestas que terminaron en la violenta invasión del Capitolio en Washington en 2021.
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