Nancy Pelosi, presidenta de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, culminó este miércoles su visita a Taiwán en medio de las polémicas que ha causado a China y Rusia el respaldo de la nación americana la isla.
En torno a las seis de la tarde, hora local (doce del mediodía en la España peninsular), la política estadounidense abandonaba la isla.
Pelosi enfatizó ante la presidenta taiwanesa, Tsai Ing-wen, el compromiso de su país con la isla autogobernada que China considera parte de su territorio.
Esta visita de apenas 24 horas ha enfurecido a Pekín y ha tensado las relaciones entre las dos superpotencias.
“Estados Unidos ha venido para dejar claro que no abandonaremos a Taiwán”, dijo Pelosi mientras China seguía elevando el tono de sus advertencias.
El Gobierno chino convocó en la noche del martes al embajador estadounidense en Pekín, Nicholas Burns, para expresarle su protesta por la visita y advertirle de que su país “está jugando con fuego”.
En la mañana del miércoles, horas antes de que Pelosi abandonara la isla, el ministro de Exteriores chino, Wang Yi, definió su viaje a Taiwán como “una completa farsa” que “viola gravemente la soberanía” de su país. “Quien ofenda a China será castigado”, añadió Wang.
La jefa del Ejecutivo taiwanés agradeció el viaje de Pelosi otorgándole la más alta distinción de la isla, tras lo que la política estadounidense escribió en su cuenta de Twitter: “Es para mí un gran y humilde privilegio aceptar en nombre del Congreso la Orden de la Nube Propicia con Gran Cordón Especial: un símbolo de la fuerte y duradera amistad de Estados Unidos con Taiwán”.