La inflación está en su nivel más alto en décadas, debido a que la guerra rusa con Ucrania ha elevado el costo de los energéticos y los alimentos en todo el mundo.
Los bancos centrales están reaccionando aumentando las tasas de interés, inflamando los costos de los préstamos y asfixiando los ingresos cotidianos.
Ahora se prevé que una mayor inflación persista en 2023, y las expectativas de que las tasas de interés aumenten, lo que lleva a los mercados a ser optimistas de que las presiones de los precios pueden ser contenidas a medio plazo.
Sin embargo, las altas tasas de interés aumentan las posibilidades de recesión, y los economistas temen un retorno a la estanflación (presiones persistentes de los precios y crecimiento débil) de la década de 1970.