Lima, Perú. El presidente peruano, el izquierdista Pedro Castillo, defendió su gestión este jueves en un mensaje al país al cumplir su primer año de gobierno cercado por cinco investigaciones por presunta corrupción, que atribuyó a una campaña mediática para destituirlo.
“Reclaman la vacancia (destitución) no por falta de resultados o por inexistentes imputaciones, sino por intereses privados y por evitar los cambios que mi gobierno se empeña en cumplir”.
Dijo Castillo ante el Congreso, dominado por la oposición derechista.
“Los medios de comunicación difunden mentiras y noticias falsas, se van a cansar de buscar las pruebas porque no las van a encontrar“, agregó el presidente.
Castillo, un maestro rural de 52 años y sindicalista, cumple el primero de sus cinco años de mandato con un récord de cinco investigaciones fiscales por presunta corrupción y el pertinaz asedio de un Congreso adverso que exige su renuncia.
La reciente decisión de la fiscal de la nación, Patricia Benavides, de abrirle una nueva investigación por “obstrucción a la justicia” al proteger a tres miembros de su entorno prófugos ha avivado las brasas para un tercer pedido de destitución en 12 meses.
De las cinco investigaciones, cuatro son por casos ocurridos en su gobierno.
Las causas contemplan un presunto tráfico de influencias en la compra de combustible por la estatal Petroperú en 2021 y la supuesta obstrucción a la justicia en la destitución de un ministro de Interior.
También se le acusa de tráfico de influencias en un expediente de ascensos militares; de corrupción y colusión agravada en un proyecto de obra pública; y, finalmente, de plagio en su tesis universitaria.
El presidente niega vehementemente todos los señalamientos.
La fiscalía, que es autónoma e impulsa la megainvestigación del caso Odebrecht que salpicó a otros cuatro presidentes peruanos, considera que hay indicios de que Castillo encabeza “una organización criminal” que involucra a su entorno político y familiar.
Sin embargo, no puede llevarlo a tribunales pues tiene inmunidad hasta el fin de su mandato en 2026.
El martes, el exsecretario de Castillo, Bruno Pacheco, buscado por cargos de corrupción, se entregó a las autoridades en otro golpe a la imagen del presidente.
Castillo ganó inesperadamente las elecciones al frente de un pequeño partido de corte marxista-leninista con 50,12% de votos, en un reñido balotaje contra la derechista Keiko Fujimori, hija del expresidente Alberto Fujimori (1990-2000).