París, Francia. “Todo es muy asequible“. En París, la caída del euro frente al dólar en las últimas semanas dio una nueva alegría a unos, a menudo adinerados, turistas estadounidenses, que regresan en masa tras dos años marcados por la pandemia.
En el Barrio Latino, entre pequeñas tiendas de recuerdos, bistrós típicos y otros puestos, John Perides, un jubilado de 75 años, pasea junto a su mujer, Diane, y una pareja de amigos.
“¡Qué sentimiento de libertad!“, se regocija este estadounidense residente cerca de Filadelfia (este). “Celebramos nuestras bodas de oro, con dos años de retraso a causa de la pandemia”.
En la capital francesa desde hace diez días, este exingeniero aprovecha de la revalorización del dólar frente al euro, pese a disponer de un confortable estilo de vida.
“Al cambio actual [con el euro a 1,02 dólares, NDLR], es como viajar a un pequeño destino turístico local en Estados Unidos”, compara Perides, quien gastó “5.000 dólares por persona para una estancia de 12 días”. “¡Es genial”.
A varias calles de distancia, ante una catedral de Notre Dame en obras, Traci Pawlowski tiene la misma sensación. “Todo es muy asequible, sobre todo los restaurantes”, asegura esta mujer de 55 años, que viajó desde San Diego (oeste) con su marido.
Para Vanguelis Panayotis, presidente de MKG Consulting y experto francés del sector del turismo, la casi paridad entre el euro y el dólar “estimula especialmente la demanda de hoteles de gama alta”.
Los estadounidenses es un público interesante por su “número y gasto medio elevado”, recuerda. “París sigue siendo uno de los destinos más populares” para estos turistas que “vienen a consumir”, agrega Panayotis.
“Llenan los hoteles de lujo en ausencia de chinos y rusos”, abunda Didier Arino, director general del gabinete Protourisme.
- Clientela “muy rica” –
Los turistas estadounidenses interrogados por la AFP aseguran no sentir en sus bolsillos el aumento de precios en Francia en los últimos meses.
“¡Hice muchas compras! Todo es un poco menos caro, sobre todo la ropa”, asegura Annabel Granger, una estudiante de 18 años de Virginia (este), que visita París junto a su abuela.
Para “su primer viaje” de una semana en la capital francesa, tiene un presupuesto de “unos 400 dólares”, sin contar el alojamiento, para darse un capricho.
En el mismo grupo de turistas, de todas las edades, Kathleen Green, de 72 años, encuentra los precios “iguales” a los de Pittsburgh (noreste), donde reside y trabaja como asistente social a media jornada.
A la sombra de los árboles y a pocos metros de la conocida librería “Shakespeare and Company”, Green asegura que cuenta con un presupuesto total de “15.000 dólares” para siete días.
Jean-François Rial, responsable de la empresa Voyageurs du Monde, el gasto de los estadounidenses de vacaciones en Francia suele ser elevado, al ser una clientela “muy rica” y poco dependiente de la “coyuntura económica”.
“La gente se está poniendo al día después de la pandemia”, tras “dos años sin viajar”, agrega el también presidente de la Oficina de Turismo y Congresos de París. “Además, reservaron hace varios meses, cuando el dólar no era tan fuerte”, precisa.
Según cifras del Observatorio de la Oficina de Turismo de París, las reservas de billetes de avión con origen Estados Unidos entre abril y julio progresaron un 11% respecto al mismo período de 2019, previo a la pandemia.
Hace tres años, 4,7 millones de estadounidenses viajaron a Francia, según la agencia de desarrollo turístico Atout France.