Miami, Estados Unidos |El juicio de Nikolas Cruz, un joven que mató a 17 personas en 2018 en una de las peores masacres escolares de Estados Unidos, comienza este lunes en Florida para fijar su condena: pena de muerte o cadena perpetua sin posibilidad de libertad condicional.
El tiroteo conmocionó a todo el país y, sobre todo al sur de Florida, donde se necesitaron casi tres meses para seleccionar a 12 jurados –siete hombres y cinco mujeres– considerados suficientemente imparciales para decidir el destino del autor confeso de la matanza.
En unos minutos, mató a 14 alumnos y tres adultos, y causó 17 heridos.
En octubre, se declaró culpable de los 17 asesinatos cometidos aquel día, así como de 17 intentos de asesinato, uno por cada herido.
Según las leyes de Florida, si uno solo de los jurados rechaza la pena capital, la condena del joven será la cadena perpetua sin libertad condicional.
El proceso, que podría durar varios meses, es inusual para Estados Unidos, donde es raro que los autores de una matanza de este tipo sobrevivan a su ataque.
Y sin duda llamará la atención en un país sacudido por una serie de tiroteos sangrientos como el de una escuela primaria en Uvalde (Texas), donde murieron 19 niños y dos adultos en mayo; el de un supermercado de Buffalo (Nueva York) en el que fallecieron 10 personas o el que dejó siete muertos durante un desfile del 4 de julio en Highland Park (Illinois).
Al igual que en Parkland, todas esas masacres fueron cometidas por hombres muy jóvenes armados con rifles de asalto.
“La nada”
Se espera que las audiencias sean muy emotivas, con testimonios de familiares y supervivientes, así como la difusión de vídeos grabados por testigos de la tragedia.
“Siento mucho lo que hice y tengo que vivir con ello cada día”, dijo sollozando en octubre, después de declararse culpable.
La acusación, por su parte, se centrará seguramente en el carácter premeditado de los asesinatos, basándose en un vídeo que grabó Cruz antes de perpetrarlos.
“Voy a ser el próximo tirador en una escuela de 2018”, dijo en la grabación. “No soy nadie, mi vida es la nada y no tiene sentido”, añadió.
A pesar de su historial psiquiátrico y de advertencias de varios allegados sobre su peligrosidad, Cruz pudo comprar legalmente un rifle semiautomático.
Tras la tragedia, sus víctimas presentaron una denuncia contra la policía federal (FBI), a la que acusaron de ignorar esas informaciones. El Departamento de Justicia acordó en marzo pagarles 127,5 millones de dólares para resolver la demanda.
24.000 muertos
Cuando ocurrió, la matanza de Parkland fue la peor en un centro escolar de Estados Unidos desde el tiroteo en la escuela Sandy Hook de Newtown (Connecticut) en 2012, en el que murieron 26 personas.
La noticia provocó una movilización sin precedentes encabezada por varios jóvenes supervivientes y padres de víctimas. El 24 de marzo de 2018, la “Marcha por nuestras vidas” reunió a 1,5 millones de personas en todo el país, la mayor manifestación jamás celebrada en Estados Unidos a favor de un mayor control de las armas.
Pese a las esperanzas de los manifestantes, no se aprobó ninguna reforma legislativa en el Congreso, y las ventas de armas han seguido aumentando en los últimos años en el país, especialmente durante la pandemia de Covid-19.
Más de 24.000 personas han sido asesinadas, incluidos 13.000 suicidios, desde principios de año, según el sitio web Gun Violence Archives.
Tras los tiroteos recientes, se aprobó una modesta ley federal que prevé un aumento de la financiación para la seguridad escolar y la salud mental.