Ginebra, Suiza. La Alta Comisionada de Derechos Humanos de la ONU, Michelle Bachelet, advirtió este jueves que la magnitud de la destrucción en la ciudad ucraniana de Mariúpol, tomada por las tropas rusas tras meses de bombardeos, sugiere graves violaciones del derecho internacional.
Los horrores infligidos a la población civil dejarán un rastro indeleble, incluso en las próximas generaciones.
Dijo la expresidenta chilena ante el Consejo de Derechos Humanos de la ONU en Ginebra.
“En los padres que tuvieron que enterrar a sus propios hijos, en las personas que presenciaron el suicidio de sus amigos, en las familias destrozadas, en todos aquellos que tuvieron que abandonar una ciudad muy querida con perspectivas inciertas de volver a verla”, precisó.
Durante su intervención, Bachelet recordó que en Marúpol, una ciudad portuaria de a olrillas del mar de Azov, se escribió uno de los capítulos más sangrientos desde la invasión rusa en Ucrania el 24 de febrero.
Entre febrero y finales de abril, Mariúpol fue probablemente el lugar más mortífero de Ucrania.
Dijo.
En mayo, tras meses de asedio, Rusia tomó el control de la ciudad después de que Ucrania pidiera a sus últimos soldados atrincherados en la acería Azovstal que se rindieran.
Miles de personas salieron de la ciudad, durante los tres meses de combates.
Según Bachelet, 1.348 civiles murieron durante el asedio de la urbe, entre ellos 70 niños.
“Estas muertes fueron causadas por ataques aéreos, bombardeos de tanques y artillería y armas ligeras y de pequeño calibre durante los combates callejeros”, dijo.
Sin embargo, admitió que el balance podría ser mucho más elevado.
La oficina de Bachelet estima que hasta un 90% de los edificios residenciales en Mariúpol quedaron dañados o destruidos y que unas 350.000 personas tuvieron que huir de la ciudad.
La Alta Comisionada también subrayó que los residentes siguen “luchando cada día con un acceso limitado a los servicios básicos y sociales, como la atención médica”.