Un sondeo nacional ha hallado que el número de personas que viven con hambre en Brasil se disparó 73% en menos de dos años, de 19,1 millones a 33,1 millones, un “retroceso histórico” para una nación que había logrado enormes avances contra la pobreza.
Alrededor de 33,1 millones de personas en la economía más grande de América Latina viven con hambre, en comparación con 19,1 millones en 2020, según el informe de la Red Brasileña de Investigación sobre Seguridad Alimentaria.
Alrededor de 125 millones de personas, más de la mitad (58,7%) de la población de Brasil de 213 millones, padecen hambre leve, moderada o grave.
Según el informe, los principales factores responsables del crecimiento del número de brasileños que sufren inseguridad alimentaria son “el continuo desmantelamiento de las políticas públicas, el empeoramiento de la crisis económica, el aumento de las desigualdades sociales y el segundo año de la pandemia de Covid-19”.
El gobierno de Jair Bolsonaro, quien buscará la reelección en octubre, incrementó las ayudas del programa Auxilio Brasil para personas vulnerables a un promedio de 500 reales (poco más de USD 100). Pero la suma es corroída por la inflación, de 12,13% en 12 meses hasta abril.
Según el estudio, “la inseguridad alimentaria moderada y grave creció también en domicilios que recibían el auxilio financiero” del gobierno.
Además, la encuesta revela que la población negra o mestiza es más afectada que la blanca, con un 18,1% de los hogares con hambre, contra 10,6%.
Igualmente, padecen más hambre y peor deterioro los hogares comandados por mujeres (19,3%) respecto de los hombres (11,9%).
Desde el punto de vista regional, la situación es peor en el norte y noreste del país, donde un 45,2% y 38,4% de la población, respectivamente, sufre los niveles más graves de inseguridad alimentaria.