Jáiscul, bildin, beisman, dorman son términos cada vez más escuchados en una conversación entre los hispanohablantes de Estados Unidos. Palabras inglesas que definen instituto, edificio, sótano o portero cuando no traducciones literales de expresiones locales. Pero ¿eso significa que hay una lengua de Cervantes estadounidense propia?
Con más de 62 millones de hispanos, Estados Unidos es el segundo país del mundo con más hablantes nativos del español, por detrás de México, aunque solo Nuevo México es el único estado oficialmente bilingüe.
Para debatir la actual situación del español, el idioma nativo de 491 millones de hablantes (el segundo del mundo) el Instituto Cervantes de Nueva York organizó el “I Congreso sobre Lengua e Identidad: variación lingüística e igualdad social”, que concluye este sábado.
En boca de lingüistas, profesores, periodistas de ambos lados del Atlántico que han participado en el debate, la palabra que más ha sonado ha sido “diversidad”.
“En Salamanca se habla como en Salamanca, en el Río de la Plata como en el Río de la Plata y en Estados Unidos se habla como los hispanos que conviven con el inglés”, tranquilizó en la apertura del Congreso, el viernes desde Madrid, el director del Instituto Cervantes, el poeta Luis García Montero.
“Los dueños de la lengua son los hablantes”, zanjó.
“Préstamos léxicos”
Para Ricardo Otheguy, lingüista y autor de un ensayo de referencia sobre el español de Nueva York, donde el 30% de la población es de origen hispano, el “español de Estados Unidos tiene muy poco de excepcional”.
Y así se escucha el idioma en una calle de Nueva York, Los Ángeles, Miami o Chicago, algunas de las ciudades con mayor presencia latina del país.
“Ese muchacho no ha estudiado ni siquiera jáiscul. Antes trabajaba de portero, mayormente en el beisman, pero ahora lo han ascendido para que viene a trabajar de dorman (…) en este mismo bildin. Eso lo decidió el mismo presidente del bor, que no me acuerdo bien ahora cómo se llama, pero que su último nombre es Harrison”.
¿”Spanglish”, “préstamos léxicos”? Son las palabras que las “personas aquí han manejado desde la primera infancia”, en muchos casos desde la primera generación, junto con expresiones como “condenar a vida en prisión (cadena perpetua)”, “llamar para atrás (Call back)”, “la comida está servida (diner is served).
“Creo que sería una mala idea” corregir a los niños, dice Otheguy, partidario de la “diversidad en la lengua hablada y unificación en la lengua escrita”.
“Cada vez va a ser más difícil hacer la caricatura del español de Estados Unidos como una lengua pobre”, asegura García Montero, que recuerda que si si separásemos la comunidad latina del resto del país, sería la “8ª potencia económica mundial”.
Y sobre todo, ya nadie recuerda que la primera palabra indígena que incorporó Cristóbal Colón en sus diarios al español fue “canoa”. Desde entonces, el idioma de Cervantes se ha construido y apropiado de vocablos de todo tipo de procedencias.
“Calidad”
Para el organizador del Congreso, el director del Instituto Cervantes en Nueva York, Richard Bueno Hudson, aunque el “tamaño importa” -hay 593 millones de usuarios del español en el mundo- lo que más debe importar es “la calidad”.
Y en este sentido el español parece de momento haber perdido la batalla con el inglés, a juzgar por su ausencia como vehículo de comunicación de la ciencia o la tecnología.
La gran batalla que viene es la de la inteligencia artificial, hecha por humanos, para programar un idioma que incluya la diversidad, sin sesgos supremacistas, machismo u odio a la pobreza.
Esto junto con el desafío de que la tercera generación no olvide el idioma de sus padres y abuelos, en un país altamente descentralizado, donde solo en 11 estados es obligatoria la enseñanza en el colegio de una “lengua del mundo” y en 24 es opcional. Otros 16 ni lo contemplan.
“Una de las esencias de este Congreso es que todos estamos en el mismo barco, que el español es de todos y que, en pie de igualdad, tenemos que hacer que florezca y pueda llegar a ocupar el lugar que merece” junto con al inglés, concluye Richard Bueno.