El presidente francés, Emmanuel Macron, anunció este viernes, a pocos días de las elecciones legislativas, que su controvertida reforma de las pensiones entrará en vigor en 2023.
“La reforma entrará en vigor a partir del verano [boreal] de 2023”, dijo Macron en una entrevista con la prensa regional, en la que califica de “indispensable” este medida.
En plena campaña de las elecciones legislativas del 12 y 19 de junio, el jefe de Estado proyecta así una de sus medidas más impopulares, contra la que se manifestaron miles de personas en 2020.
El miércoles, la portavoz del gobierno, Olivia Grégoire, aseguró que la reforma era necesaria para “financiar grandes prioridades”, como “la cuestión de la autonomía, de la dependencia”.
El retraso de la edad de jubilación de los 62 a 65 años se anuncia como uno de los más tensos del nuevo mandato de Macron, quien fue reelegido en abril frente a Marine Le Pen (ultraderecha).
Su segundo intento por aprobar esta impopular reforma viene acompañado de la promesa de una jubilación mínima de 1.100 euros mensuales y criterios diferentes para los trabajos más duros.
Los sindicatos, que ya lograron paralizar los transportes de Francia en 2020 con sus llamados a la huelga, ya expresaron su oposición a la reforma, como la oposición de izquierda.
El frente de izquierdas, liderado por el veterano Jean-Luc Mélenchon, convirtió los comicios legislativos en una tercera vuelta para evitar que Macron pueda aplicar su programa.
Para ello, necesitan arrebatarle la mayoría al mandatario liberal, cuya alianza centrista sería de nuevo la primera de la Asamblea (cámara baja), aunque podría perder la mayoría absoluta.
Tras las legislativas, el presidente francés tiene previsto convocar un “Consejo Nacional de Refundación” para abordar esa reforma, así como temas como la ecología o el poder adquisitivo.
Esta Consejo reunirá a “fuerzas políticas, económicas, sociales y asociativas, cargos electos de los territorios y ciudadanos elegidos por sorteo”, aseguró.