Los neumáticos sin aire, una lenta revolución en marcha

Los neumáticos sin aire, una lenta revolución en marcha

Los neumáticos sin aire, a prueba de pinchazos y sin necesidad de mantenimiento, podrían ser instalados en un breve plazo en furgonetas como paso previo a revolucionar los automóviles, estiman gigantes como Goodyear, Michelin y Bridgestone.

En una pista de pruebas de Goodyear en Luxemburgo, un grupo de periodistas puso a prueba un automóvil Tesla equipado con neumáticos sin aire.

La fina capa de caucho en contacto con el asfalto tiene un enorme desafío físico: soportar el peso del automóvil y absorber los golpes tal como lo hacen los neumáticos tradicionales, y hacerlo durante miles y miles de kilómetros.

El desafío parece ser gradualmente superado. La estructura de caucho y plástico de la cubierta resistió sin problemas la enorme tensión cuando el automóvil se inclinaba en las curvas de la pista de pruebas.

La marcha con el modelo probado es suave, pero sin embargo el agarre al piso no es tan bueno con los neumáticos convencionales, y las cubiertas son más ruidosas.

Estos modelos fueron sometidos a pruebas durante 120.000 kilómetros, a velocidades de hasta 160 km por hora, tanto en temperaturas abrasadoras como en medio de la nieve, dijo Michael Rachita, que dirige la actividad de Goodyear en el ramo.

“La ventaja más obvia es que es a prueba de pinchazos. Nunca se desinflará, podría pasar por encima de cualquier clavo y no perder rendimiento”, explicó Rachita.

Además, las cubiertas sin aire estarán exentas de mantenimiento por parte de los conductores, que no tendrán que revisar y ajustar la presión interna, añadió el experto.

Además, dijo, se está trabajando en una segunda generación de cubiertas que son más ligeras, más silenciosas y que ruedan mejor.

Michelin, a su vez, ha lanzado el modelo Tweel, una cubierta sin aire pero por ahora sólo para vehículos de construcción y no para vehículos de pasajeros, cuyas exigencias en términos de rendimiento de conducción son mucho mayores.

Durabilidad

La firma francesa también ha presentado el modelo Uptis para vehículos de pasajeros, desarrollado con el fabricante de automóviles estadounidense General Motors.

Las dos firmas esperan que el modelo pueda dar el salto a las concesionarias ya el próximo año.

Sus investigadores se concentraron en un cóctel de fibra de vidrio y resina para sujetar el caucho a la estructura de la nueva cubierta.

Sin embargo, el director ejecutivo de Michelin, Florent Menegaux, no espera que las cubiertas sin aire acaben con los neumáticos normales a corto plazo.

“Vamos a seguir teniendo neumáticos de aire durante varias décadas”, dijo.

Goodyear, que presentó su primera patente sobre tecnología de cubiertas sin aire en 1982, ha acelerado sus esfuerzos recientemente en materia de investigación y desarrollo.

La firma estadounidense tiene como objetivo tener una cubierta sin aire, libre de mantenimiento y de larga duración, para automóviles, a finales de la década.

Ya cuenta incluso con una versión preliminar para autobuses y vehículos de reparto automatizados en campus universitarios.

Bridgestone, por su parte, también espera tener listo un modelo de cubierta sin aire dentro de una década, después de haber probado versiones anteriores en vehículos utilitarios.

Otros fabricantes son más escépticos con que las cubiertas sin aire puedan ofrecer un nivel de absorción de impactos comparable al de los neumáticos tradicionales, y también con que el ruido pueda reducirse lo suficiente.

En cambio, el investigador Ulf Sandberg, del Instituto Nacional de Investigación de Carreteras y Transporte de Suecia, que trabaja en un modelo de cubierta sin aire para camiones, sí que cree en que puedan convertirse en una alternativa viable.

“Creo que, tarde o temprano, las cubiertas sin aire tomarán el relevo”, dijo a la AFP.

“Si la resistencia al rodado se reduce en un 50%, se aumentaría la autonomía de los vehículos en un 25%, lo que podría ser extremadamente valioso” para los fabricantes de automóviles, en especial para los vehículos eléctricos, donde la autonomía es una preocupación clave.