El príncipe Carlos y su esposa, Camila, iniciaron este martes una visita a Canadá, en un viaje de tres días al país norteamericano, al cual fueron invitados por la gobernadora general, representante oficial de la reina Isabel II en el país, a “hablar con los pueblos autóctonos”.
La pareja real hizo su primera parada en Saint-Jean de Terre-Neuve (este), donde fueron recibidos por el primer ministro canadiense, Justin Trudeau, y la gobernadora general, Mary Simon, que es de ascendencia indígena.
“Les animo a que hablen con los nativos para escuchar sus historias, sus éxitos y sus soluciones, y les animo a conocer la verdad sobre nuestra historia, lo bueno y lo malo”, afirmó Simon en el marco de la visita.
La pareja llega a Canadá casi un año después de que se descubrieran las primeras tumbas anónimas de niños en antiguos colegios residenciales católicos destinados a indígenas, lo que provocó un escándalo y puso al descubierto la historia colonial de este enorme país.
A su llegada, Carlos y Camila se acercaron al pobladores y saludaron a canadienses reunidos cerca de la entrada del edificio de la confederación canadiense.
“Sé que nuestra visita aquí esta semana llega en un momento importante para los pobladores nativos y no nativos de todo Canadá, que están reflexionando abierta y honestamente sobre el pasado para construir una nueva relación de cara al futuro”, sostuvo el príncipe Carlos.
La ceremonia de bienvenida incluyó una oración en inuktitut, la lengua tradicional hablada por el pueblo de los inuits, así como una presentación musical de una soprano inuk y una canción tradicional mi’kmaq.
– El escándalo de los internados –
La pareja tiene previsto viajar a la capital, Ottawa, y el jueves a los Territorios del Noroeste, una región del norte de Canadá al borde del Ártico, que se está calentando tres veces más rápido que el resto del planeta.
“(El príncipe Carlos) quiere hablar del medio ambiente y los nativos quieren hablar de los internados religiosos”, dijo a la AFP el historiador y experto en la monarquía británica James Jackson.
“Las tres provincias más afectadas por el escándalo de estos internados religiosos fueron Columbia Británica, Saskatchewan y Alberta, que él evita esta vez. Al ir a los Territorios del Noroeste, puede hablar del medio ambiente sin hablar demasiado del escándalo de los internados”, añadió.
La visita real se produce en un momento de transición delicado para la monarquía británica, sacudida por dos recientes viajes reales al Caribe, en los que, primero el príncipe Guillermo y luego el príncipe Eduardo, fueron llamados a disculparse por el pasado esclavista del Reino Unido.
Isabel II, la reina británica de 96 años, también ha cancelado casi todas sus apariciones públicas en los últimos siete meses por problemas de salud, aunque la monarca, que lleva en el trono 70 años, hizo el martes una visita sorpresa a la inauguración de una línea de metro londinense que lleva su nombre.
A pesar del profundo afecto que dos tercios de los canadienses expresan por la reina, a la que conocen de toda la vida, el 51% quiere el fin de la monarquía constitucional para las generaciones futuras, según una reciente encuesta del instituto canadiense Angus Reid.
En un momento en que Canadá revisa críticamente su pasado colonial, el 65% rechaza la idea de que Carlos, de 73 años, se vuelva rey y jefe de Estado de Canadá, y el 76% se niega a reconocer a Camila, de 74 años, como su reina.