El secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, pidió el domingo una investigación “creíble” sobre la muerte de la periodista palestina Shireen Abu Akleh, abatida el miércoles de un disparo en Cisjordania, tras expresar sus condolencias a la familia.
La periodista de la cadena de televisión Al Jazeera murió el miércoles de un disparo cuando cubría una operación militar israelí en Cisjordania ocupada.
Durante su vuelo el sábado hacia Berlín para asistir a una reunión de ministros de Exteriores de la OTAN, Blinken expresó su “sentido pésame” en una llamada a los familiares de Shireen Abu Akleh, indicó un responsable del Departamento de Estado.
El secretario de Estado norteamericano, que habló con el hermano de la periodista, se refirió a la “necesidad de que haya una inmediata y creíble investigación sobre las circunstancias de la muerte” de Abu Akleh, según afirmó luego a la prensa, una vez en Berlín.
Blinken destacó la labor periodística de la reportera, “respetada en todo el mundo” así como “la importancia de una prensa libre e independiente”.
El secretario de Estado ofreció además el apoyo de los diplomáticos estadounidenses en Jerusalén a la familia de Abu Akleh, que también tenía la nacionalidad norteamericana, según indicó el responsable del Departamento de Estado.
Abu Akleh murió al recibir un disparo en la cabeza cuando cubría una operación militar israelí en el campo de refugiados de Yenín, en Cisjordania ocupada.
Al Jazeera afirma que Israel le disparó a “sangre fría”. El primer ministro israelí, Naftali Bennett, dijo inicialmente que la reportera murió “probablemente” a consecuencia de disparos de combatientes palestinos.
Pero unas horas más tarde, su ministro de Defensa, Benny Gantz, dijo que el ejército “no está seguro” de cómo fue asesinada.
En su funeral el viernes, el féretro de Shireen Abu Akleh estuvo a punto de caer durante una carga de las fuerzas de seguridad israelíes.
“Estamos profundamente preocupados por las imágenes de la intrusión de la policía israelí en la procesión funeraria”, aseguró entonces Blinken, sumándose a una oleada de críticas internacionales.
Israel anunció el sábado que investigará la actuación de sus agentes durante el entierro de la periodista.