Nueva York, EEUU | Enfundado en una chaqueta colorida con el lema “Cómete a los ricos”, Christian Smalls es particularmente solicitado cuando pasa cerca de la parada de autobús en donde pasó un sinnúmero de horas tratando de convencer los empleados de Amazon de crear un sindicato.
El presidente del Amazon Labor Union (ALU), que se convirtió en abril en el primer sindicato del gigante del comercio electrónico en Estados Unidos, camina por la acera que tan bien conoce en el área industrial de Nueva York.
Pronto sabrá si, tras la victoria en el almacén JFK8, también ha convencido a los trabajadores del centro de clasificación situado al frente, LDJ5, de sindicalizarse. El voto tuvo lugar del 25 al 29 de abril y el conteo será el lunes.
“Hay buenas sensaciones”, dijo.
Antes del resultado, los sindicalistas veteranos se quieren tomar una foto con él, los periodistas lo acosan y los miembros de su equipo le preguntan cómo deben organizarse.
Acaba de compartir podio con dos pesos pesados de la izquierda estadounidense: Bernie Sanders y Alexandria Ocasio-Cortez, y se prepara para liderar un nuevo mitin.
Smalls, de 33 años, trabajó en el almacén JFK8 hasta marzo de 2020. Con la irrupción de la pandemia de covid-19, ante un virus devastador y prácticamente desconocido, protestó contra la falta de protecciones y convocó a una huelga.
La protesta no atrajo multitudes, pero atrajo la atención de Amazon. Smalls fue despedido dos días después, oficialmente por violar la cuarentena.
- Comida, cannabis y fogatas-Según una nota interna que se filtró a la prensa poco después, un alto ejecutivo de Amazon dijo que Smalls “no era inteligente ni elocuente” y que debía convertirse en el “rostro de todo el movimiento sindical/organizador”.
“Lo demostré”, dijo Smalls a la AFP dos años después.
Mientras tanto, se manifestó afuera de varias residencias del fundador de Amazon, Jeff Bezos, en favor de los derechos de los trabajadores esenciales durante la pandemia.
También fue en el verano de 2021 a apoyar los activistas que trataban de formar un sindicato en un almacén de Amazon en Alabama.
Fue después de ese viaje que Smalls y su pequeño equipo decidieron probar suerte en Nueva York, bajo sus propios términos y sin el apoyo de ningún sindicato tradicional.
Smalls aguardó en la parada de bus los cambios de turnos para hablar con los empleados. Otros -su amigo Derrick Palmer y unos pocos convencidos de la necesidad de luchar, así como unos cuantos activistas que se metieron deliberadamente a trabajar en Amazon- trabajaron en las salas de descanso.
Escuchaban las inquietudes y explicaban sin descanso lo que es un sindicato, llevando comida, repartiendo un poco de cannabis. Durante los turnos de noche a veces encendían fogatas.
Expertos en movimientos sindicales les auguraban pocas posibilidades de éxito.
El equipo prácticamente no tenía dinero: antes de la votación, reunieron 120.000 dólares en donaciones en internet y ventas de camisetas, mientras que Amazon gastó 4.300 millones de dólares para contrarrestar su campaña.
Con la ayuda de un abogado, formularon oficialmente un pedido a la organización de una votación luego de obtener las firmas de 30% de los empleados, cuando los sindicatos tradicionales suelen esperar a tener al menos el 50%.
Su líder era un completo desconocido.
- “La chispa” -Con su estilo de rapero, el activista afroestadounidense “no se ve ni viste como un típico líder sindical”, dijo Justine Medina, miembro de ALU.
Pero “es brillante, sabe cómo inspirar, poner a la gente en el papel que le conviene, unir”, agregó. La atención mediática “no se le sube a la cabeza”.
Aunque sí celebró la victoria del sindicato el 1 de abril: Smalls salió del edificio donde se realizó el conteo, vestido de rojo de la gorra a los sneakers, antes de abrir una botella de champaña y agradecer a Jeff Bezos por ir al espacio mientras ellos hacían compaña en la Tierra.
ALU llegó en el momento indicado. Luego de que la pandemia impuso difíciles condiciones laborales para los trabajadores esenciales, y en medio de la inflación, los empleados están listos para pedir más.
En un apretado mercado laboral, saben que la pelota está en su campo. Starbucks, Apple y Alphabet también se enfrentan a planes de sindicalización.
Smalls espera que ALU “sea la chispa de todo un movimiento en Amazon”.