Las inundaciones provocadas por fuertes lluvias que afectan esta semana a más de 20.000 personas en una región agropecuaria del oeste de Venezuela, mantienen a sus habitantes entre la angustia y la desesperación por la destrucción de las cosechas y sus casas anegadas.
Varios pueblos en el sur del lago de Maracaibo, en el estado Zulia, quedaron bajo las aguas tras la fractura de diques en las márgenes de los ríos que atraviesan esta zona, una situación que se repite por segundo año consecutivo en medio de denuncias por la falta de inversión estatal.
Las lluvias, que arrecian desde el sábado, han afectado más de 12.500 hectáreas, según las autoridades, que no informan hasta ahora fallecidos o desaparecidos.
Tal es la fuerza de las corrientes que rebaños de vacas han sido arrastrados desde sus corrales.
Las temporada lluviosa comenzó más temprano este año, lo que ha causado inundaciones en cinco estados del occidente del país, además de Caracas. El gobierno, que informó en 2021 de lluvias por encima del 65% de los promedios históricos, atribuye el fenómeno al cambio climático.
“Seguimos aferrados a Dios porque es mucha la angustia, el desespero. Esta vez es peor, hay más agua”, dice a la AFP por teléfono Yolnerru Páez, residente del pueblo de La Fortuna, cuyas casas, cultivos y animales quedaron nuevamente sumergidos.
En La Fortuna, un asentamiento que basa su actividad económica en el cultivo de plátanos y la ganadería, 220 familias quedaron incomunicadas por las crecidas del río Chama, de unos 200 km que nace en el vecino estado Mérida.
“Oramos por nuestro pueblo donde nacimos, donde hemos sido felices, nos da tristeza que desaparezca”, relata Yolnerru.
Las inundaciones registradas en septiembre de 2021 dejaron a Nírciso Sánchez, un agricultor de 55 años, al borde de la ruina. Buena parte de sus 8 hectáreas de plátano fueron arrasadas y, cuando intentaba levantarse, volvieron las crecidas con mayor fuerza este año.
“El 80% de los que tenemos siembras de plátano no estamos sacando nada. Muchas plantaciones se han perdido”, señala Nírciso. “Esto está peor que el año pasado… Por el camino que vamos, La Fortuna va a desaparecer”.
El presidente Nicolás Maduro decretó estado de emergencia y ordenó la activación de un fondo de atención para los afectados por 10 millones de bolívares (poco más 2 millones de dólares), que será “renovable”.