Aunque fue elegido con el respaldo de las redes sociales, el expresidente estadounidense Barack Obama pidió el jueves regularlas y acusó a las grandes plataformas de haber amplificado “los peores instintos de la humanidad”.
“Una de las mayores causas del debilitamiento de las democracias es el profundo cambio en nuestras maneras de comunicarnos e informarnos”, declaró ante estudiantes de Stanford, la universidad en el corazón de la Silicon Valley, en California.
El líder demócrata reconoció que “no habría podido ser elegido” sin sitios como MySpace o Facebook, y mencionó el trabajo benéfico de sensibilización y de movilización realizado por militantes en el mundo entero, por medio de las redes sociales.
Pero detalló sobre todo el lado oculto del éxito de Facebook o YouTube, cuyo modelo económico – publicidad dirigida a gran escala – reposa sobre la economía de la atención.
“Lastimosamente, son los contenidos incendiarios, polarizantes que atraen la atención y motivan la participación” de los usuarios, anotó.
El exjefe de Estado (2009-2017) también habló de la desinformación y lamentó no haberse dado suficientemente cuenta de “hasta qué punto nos habíamos vuelto receptivos a las mentiras y a las teorías del complot” antes de la elección de Donald Trump, que le sucedió en el cargo.
“Putin no hizo eso. No lo necesitó. Nos lo hicimos a nosotros mismos”, agregó al evocar las campañas de manipulación de electores orquestadas desde Rusia.
“Acabamos de ver a un presidente en ejercicio negar resultados electorales claros y ayudar a incitar una insurrección violenta contra la capital de la nación”, deploró, en referencia al no reconocimiento por parte de Trump de la victoria de Joe Biden en 2020, y el asalto al Capitolio perpetrado por sus partidarios el 6 de enero de 2021.
“Esto debería ser nuestra llamada de atención para reaccionar”.
Obama pidió una reforma de las leyes que rigen las redes sociales, para que sean más responsables y transparentes, explicando que el problema de la desinformación es menos “lo que la gente pública” que “los contenidos que estas plataformas promueven”.
La prueba – según él- de que no son neutros y que los algoritmos deberían estar sometidos a controles de seguridad realizados por una autoridad de regulación, al igual que los coches, alimentos y otros productos de consumo.
Detalló luego una serie de valores que deberían guiar la moderación de contenidos, como el refuerzo de la democracia y el respeto de las diferencias.
“Las herramientas no nos controlan. Podemos controlarlas”, sentenció.