Jarkov, Ucrania | AFP |El presidente ruso Vladimir Putin presentó el lunes sus condiciones para terminar con la invasión de Ucrania, donde sus tropas lanzaron bombardeos mortíferos en varias ciudades, entre ellas Járkov (noreste), a pesar del refuerzo de la presión y las sanciones internacionales.
En la primera sesión de negociaciones con Kiev, Moscú exigió el reconocimiento de Crimea como territorio ruso y la desmilitarización de Ucrania que, por su parte, pidió a un alto el fuego y la retirada de las tropas invasoras de su país.
Después de cinco días de conflicto, la presión internacional contra Moscú no se detiene: el fiscal de la Corte Penal Internacional, Karim Khan, informó que abrirá “lo antes posible” una investigación, la FIFA excluyó a Rusia de la Copa del Mundo, se reforzaron las sanciones financieras…
Y la Asamblea General de la ONU celebró el lunes una “sesión extraordinaria de urgencia” para estudiar el conflicto. “¡Basta ya! Los combates deben cesar”, lanzó el secretario general Antonio Guterres en la apertura de una sesión que debería culminar el miércoles con la votación de una resolución, no vinculante, contra la agresión de Moscú.
Negociaciones en Bielorrusia
Ni las sanciones ni las negociaciones con Kiev han frenado la invasión rusa. En la localidad bielorrusa de Gómel, cerca de la frontera con Ucrania, ambas delegaciones se reunieron durante horas antes de regresar a sus capitales para consultas, señaló el delegado ucraniano, Mikhailo Podoliak. Su homólogo ruso, Vladimir Medinski, indicó que habrá una nueva reunión “pronto”.
Durante las discusiones, los bombardeos continuaron en diferentes ciudades como Járkov, la segunda urbe ucraniana, donde murieron al menos 11 personas en barrios residenciales, según su gobernador, o en Brovarý, cerca de Kiev.
“Esas conversaciones tuvieron lugar con los bombardeos y los disparos contra nuestro territorio de fondo”, denunció el presidente ucraniano, Volodimir Zelenski. “Creo que, de este modo simple, Rusia intenta meter presión (…) No pierdan el tiempo”, añadió.
En una llamada con su homólogo francés, Emmanuel Macron, Putin estableció el reconocimiento de su soberanía sobre Crimea, anexionada en 2014, y la desmilitarización y “desnazificación” de Ucrania como condiciones preliminares a una resolución del conflicto, indicó el Kremlin.
Resolver el conflicto “es posible solo si los intereses de seguridad legítimos de Rusia son tomados en cuenta sin condición”, apuntó Putin, que la víspera puso en “estado especial de alerta” el arsenal nuclear ruso.
Bombardeos en Járkov –
En el terreno, la ofensiva rusa se torna “cada vez más brutal”, denunció el lunes el jefe de la diplomacia europea, Josep Borrell. Aun así, las fuerzas ucranianas parecen resistir y Moscú todavía no ha logrado anunciar ninguna victoria contundente.
El lunes, las autoridades anunciaron haber repelido varios asaltos contra Kiev. Por la mañana se levantó el toque de queda en la capital, donde se formaron largas filas fuera de los supermercados y donde brigadas de voluntarios con lazos amarillos y azules levantaron barricadas improvisadas.
La agencia Interfax-Ucrania informó de fuertes combates en Járkov, cerca de la frontera rusa. Varios inmuebles residenciales fueron golpeados por misiles rusos que habrían provocado heridos y muertos.
“¡Lo que está pasando en este momento en Járkov es un crimen de guerra!”, denunció el gobernador regional, Oleg Sinegubov.
En total, las fuerzas rusas lanzaron 113 misiles tácticos contra ciudades y pueblos ucranianos desde que comenzó la invasión, reportó el jefe del ejército ucraniano, Valery Zaluzhny en Facebook.
En el frente sur, cerca de Crimea, Rusia se habría hecho con la ciudad de Berdiansk, en el mar de Azov, y tendría rodeada la localidad de Jersón, más al oeste, según informaron la presidencia ucraniana y el ejército ruso respectivamente.
El balance del conflicto sigue siendo incierto. Ucrania informó de 200 civiles (incluidos 16 niños) y decenas de militares muertos. La ONU cifró las víctimas en 102 civiles, incluyendo 7 niños, y 304 heridos.
En tanto, el éxodo de refugiados continúa y, según la agencia de la ONU para los refugiados ACNUR, desde el jueves cerca de 500.000 personas huyeron a países vecinos. La Unión Europea (UE) espera que este conflicto deje siete millones de desplazados.
Putin justifica su invasión para defender a los separatistas prorrusos en el este de Ucrania, cuya independencia reconoció hace una semana. Los rebeldes han enfrentado al gobierno ucraniano por ocho años, un conflicto que ha cobrado 14.000 vidas.
Sin Mundial y sin Disney
La invasión lanzada por Putin el jueves desató una cascada de sanciones de los países occidentales y sus aliados que incluyen bloqueos al acceso al sistema financiero o cierre del espacio aéreo para los aviones rusos.
La UE añadió a seis oligarcas, varias personalidades próximas al presidente ruso -incluyendo su portavoz-, y una decena de periodistas a la lista de sancionados con un congelamiento de sus activos.
Además, Suiza adoptó de manera “integral” las medidas decididas por el bloque europeo, Japón anunció sanciones contra el presidente de Bielorrusia y contra el Banco Central de Rusia y Canadá informó que prohibirá “toda importación de petróleo crudo” ruso.
De su lado, Estados Unidos anunció la expulsión de 12 diplomáticos de la misión rusa ante la ONU acusados de “espionaje”, un acto tildado de “hostil” por el embajador ruso.
Muchos países, incluida Finlandia, han enviado armas para ayudar a Ucrania. Turquía, miembro de la OTAN, informó que veta el acceso al Bósforo y al estrecho de los Dardanelos de todas las naves militares “para impedir una escalada de la crisis”, anunció su presidente Recep Tayyip Erdogan.
En un videocomunicado, Zelenski pidió que se prohíba el acceso de Rusia a “todos los puertos y aeropuertos” del mundo. A lo largo de la jornada, el dirigente ucraniano también solicitó su ingreso inmediato a la UE, aunque Bruselas dio largas a esta cuestión.
El gobierno británico prohibió el acceso a los buques de bandera rusa a sus puertos y congelará “en los próximos días” los activos de todos los bancos rusos en su territorio. Por su parte, el gigante energético anglo-holandés Shell anunció que renunciaba a sus proyectos comunes con el ruso Gazprom.
El vendaval de medidas sin precedentes contra Moscú provocó una debacle en los mercados rusos y el rublo se depreció con fuerza, obligando a suspender los intercambios. Para sostener la economía nacional, el Banco Central de Rusia subió hasta un 20% la tasa directriz.
Además, Rusia, que cerró su espacio aéreo a compañías de 36 países, anunció que prohíbe a sus residentes transferir divisas al extranjero y que sus exportadores deberán a convertir el 80% de sus ingresos en rublos.
La presión abarca todos los frentes: Rusia quedó excluida del Mundial de fútbol y de la federación internacional de Rugby, mientras que Disney anunció la suspensión del estreno de sus películas en ese país.