Kiev, Ucrania | AFP |El presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, decretó este lunes una “jornada de unidad” para el próximo miércoles, que según los medios sería la posible fecha de un ataque ruso.
“Nos han dicho que el 16 de febrero será el día del ataque. Lo convertiremos en una jornada de unidad”, dijo el jefe de Estado en un discurso a la nación, en el que pidió a los ucranianos que ese día cuelguen la bandera nacional y muestren los colores azul y amarillo del país.
Zelenski también acusó a Rusia de “librar una guerra” contra Ucrania “en todos los frentes” y de “intentar sembrar el pánico entre los ucranianos y los inversores”.
“Nuestro Estado es más fuerte que nunca” y “estamos preparando respuestas dignas a todas las posibles acciones agresivas”, aseguró el jefe de Estado.
Pese a que Rusia acusa a Kiev de preparar una ofensiva contra los separatistas prorrusos a los que apoya en el este de Ucrania, Zelenski aseguró que su país “aspira a la paz y quiere resolver todas las cuestiones solo por la vía diplomática”.
Origen de la guerra de Ucrania
La confrontación entre los dos países está en marcha desde marzo de 2014. Las protestas proeuropeas y contra la corrupción en Kiev de miles de ciudadanos contra el presidente prorruso Víctor Yanukóvich se reprimieron con mucha violencia.
El presidente ruso, Vladímir Putin, aprovechó estos enfrentamientos para en 2014 invadir la península de Crimea, en el sur de Ucrania, y organizó allí un referéndum (celebrado con militares sobre el terreno) para anexionársela considerado ilegal por la comunidad internacional. En el mapa se aprecia que Crimea es un lugar estratégico porque ofrece una importante salida al Mar Negro. Putin aspiraba a su control.
La invasión de Crimea ha desencadenado protestas internacionales, sanciones económicas para Rusia y peticiones constantes de que devuelva el territorio. Putin ha dicho que nunca lo hará. Desde 2014, apoya política y militarmente a los separatistas prorrusos en el este de Ucrania en la guerra que libran contra el ejército ucranio.
Informes independientes internacionales han trazado el envío de armas rusas a las regiones de Donetsk y Lugansk. En la del Donbás, la última guerra de Europa, han muerto unas 14.000 personas, según estimaciones de la ONU.