Caracas, Venezuela | AFP | “La tomo y la acepto para siempre”, fueron las palabras del pastelero Antonio García al aceptar casarse con su pareja de hace 33 años, Miriam Aquino, en una “especial” y colectiva ceremonia de matrimonio organizada en Caracas por el Día de San Valentín.
Frente la imponente montaña que caracteriza al valle de la capital venezolana, el Ávila, y uno de los símbolos más emblemáticos de la ciudad, el obelisco de la plaza Francia, la pareja contrajo nupcias junto a otras nueve, muchas con más de diez años de noviazgo o convivencia.
“Nos conocimos trabajando en la panadería La Selva, allí nos encontramos, yo lavaba tacitas y él era maestro de pastelería”, cuenta a la AFP Miriam, de 53 años, tras contraer nupcias con Antonio, de 73, en una boda organizada por la alcaldía del municipio Chacao de Caracas, que promueve desde hace años las ceremonias en el día de los enamorados.
No obstante, es la primera boda organizada por el ayuntamiento en una plaza pública.
“Llegó el momento en que nos casáramos y yo lo recibí con tanto amor y (…) este es un día especial”, siguió Miriam, quien, emocionada, contaba que ahora espera casarse por la iglesia cristiana.
La pareja tiene dos hijos, uno de 27 años y el otro de 31, pero Miriam tuvo dos hijas antes de conocer a Antonio que también fueron cuidadas por los ahora esposos.
“Tengo dos niñas hermosas que me crió y para mí es un hombre especial (…) y, ahora, lo voy a cuidar, hasta que esté viejito lo voy a cuidar, me dio todo lo que yo necesité”, declaró.
“Para toda la vida” –
Mientras más de doscientas personas observaban a los novios esperar en el centro de la plaza. Las novias bajaron por unas escaleras aledañas al ritmo de un saxofón que tocaba distintas melodías del cantante venezolano Ricardo Montaner.
Del grupo de diez, esta pareja era la que llevaba más años conviviendo, pero también se encontraban un par de jóvenes ilusionados y convencidos de que querían estar juntos “para toda la vida”.
Vimos el anuncio de la boda colectiva “por Instagram (…) estábamos entre las primeras 10 parejas”, declaró a la AFP Bárbara Cisneros, de 27 años, al recordar que tuvo que apurarse en conseguir todos los documentos requeridos porque no quería dejar pasar la oportunidad.
Bárbara se casó con su novio Brainnier Venegas, a quien conoció hace 10 años cuando estudiaban en el colegio y se copiaban las tareas. “Éramos amigos de clases, nos pasábamos la chuleta (hoja trampa con respuestas) por los exámenes, y bueno pues, después decidimos ser novios y aquí estamos”, cuenta con jocosidad.
Los jóvenes además apostaron a esta vía ante las dificultades económicas. “Casarse realmente es costoso, muy costoso, demasiado, por más pequeño que lo quieras hacer (la celebración de la boda) y esto de verdad supone una alegría para nuestra familia y para nosotros porque estamos ahorrando”.
Las parejas intercambiaron anillos de boda mientras eran ovacionados por quienes se aglomeraron para presenciar el evento, que cerró con un brindis y un pequeño pastel. El alcalde les otorgó premios como cenas en conocidos restaurantes o una noche de estadía en lujosos hoteles.
Para Bárbara, la boda fue “un sueño hecho realidad”.