AFP.- Xiomara Castro forjó su liderazgo encabezando las protestas contra el golpe de Estado que derrocó a su esposo, Manuel Zelaya, en 2009. Trece años después, la dirigente de izquierda se convirtió en la primera mujer en gobernar Honduras.
“Por primera vez una mujer asume la presidencia de la República después de 200 años de ser gobernados solamente por hombres (…) Tengo el compromiso de que se respete el derecho de la mujer”, comentó Castro en una entrevista con la AFP en noviembre.
“Se necesita una mujer que asuma la presidencia y que maneje los fondos con transparencia”, dijo durante su campaña, aludiendo a las acusaciones de corrupción y narcotráfico que penden sobre el presidente saliente, el derechista Juan Orlando Hernández.
Madre de cuatro hijos y abuela, Castro nació en Tegucigalpa, la capital, y se casó a los 16 años. Licenciada en administración de empresas, a sus 62 es una mujer de negocios y dirige sus haciendas de ganadería, lechería, maderas y cultivos, junto con su esposo.
Lleva sombrero y viste de mezclilla cuando está en el terreno. De hablar pausado pero firme, suele dirigirse a sus simpatizantes con un tono maternal y conciliador.
Castro puso fin a una seguidilla de gobiernos de derecha desde la caída de su esposo en 2009. Alcanzó la presidencia en su segundo intento con una coalición liderada por su partido, Libertad y Refundación (Libre). En las elecciones de 2013 perdió por estrecho margen ante Hernández.
El “mejor asesor”
Castro dejó el papel protocolar de primera dama y se lanzó a las calles a defender a su esposo, quien fue derrocado por militares, empresarios y políticos derechistas el 28 de junio de 2009, el último año de su gobierno, luego de que Zelaya se acercó al chavismo en busca de combustible venezolano barato.
“Creo que tiene sensibilidad con los pobres, pero le pesa mucho la sombra de Zelaya y en la sociedad hondureña le puede pesar [la creencia] de que Zelaya sea el poder detrás del trono”, declaró a la AFP el sociólogo Eugenio Sosa, de la Universidad Nacional.
Castro asegura que, por la experiencia de su esposo, va a tener “al mejor asesor en casa presidencial”.
“Le espera una tarea difícil, doblemente difícil porque es mujer”, dijo la vicepresidenta de Argentina, Cristina Kirchner, en alusión al machismo que impera en la política.
Posición de izquierda
El oficialismo la acusó en campaña de querer llevar a Honduras al “comunismo”, desacreditando sus propuestas como la legalización del aborto y su apertura a discutir el matrimonio igualitario.
Le recuerdan su participación en 2015 en un homenaje a Hugo Chávez en Caracas.
Aunque Juan Carlos Sikaffy, el líder del los empresarios hondureños, señaló que “doña Xiomara no es ‘Mel’ Zelaya”. La “conocemos desde hace tiempo, es una señora seria. Eso de ideologías son telarañas en la cabeza”, consideró.
Castro asegura que propone un “socialismo democrático a la hondureña”, sin modelos importados, y promete a los empresarios garantías para sus inversiones.
Como Bachelet o Mujica
“Va a ser un gobierno más parecido al de la señora [Michelle] Bachelet [Chile] o de Pepe Mujica [Uruguay]”, comentó Raúl Pineda, analista y exlegislador del Partido Nacional.
“No te conozco pero te presiento por la trayectoria tuya y de tu pareja, y la historia de tu pueblo. Te deseo de todo corazón que tengas la apertura, el apoyo y la solvencia y el apoyo necesario para darle un respiro a tu pueblo”, le dijo Mujica a través de un video.
En el camino a las elecciones, Castro llamó a derrocar la “narcodictadura” de Hernández, señalado por narcotráfico en una corte de Estados Unidos, donde su hermano “Tony” cumple cadena perpetua por ese delito.
Castro logró un discurso convincente que aglutinó a tres candidatos presidenciales que optaron por renunciar y sumarse a sus filas, entre ellos Salvador Nasralla, quien la acompaña en la vicepresidencia.
Al Partido Salvador de Honduras (PSH) de Nasralla le prometió la presidencia del Congreso, situación que generó un cisma en Libre y la elección de dos juntas directivas en el Legislativo, una con aliados y otra con disidentes y opositores, complicando el liderazgo de Castro, que negocia para resolver la crisis.
“Xiomara es una mujer dulce, pero fuerte de carácter”, detalló el expresidente Zelaya, con quien está casada hace más de cuatro décadas.
“Ella me acompañó increíblemente porque sin su apoyo no hubiera podido llegar [a la presidencia]. Y así es el destino, ahora yo la acompaño”, sostuvo el exmandatario.