AFP.- Los hospitales británicos se verán bajo “considerable” presión durante las próximas semanas debido a la variante ómicron del coronavirus, advirtió el lunes el primer ministro Boris Johnson, al tiempo que descartó más restricciones para contener su rápida propagación.
“Tenemos que reconocer que la presión sobre nuestro servicio público de salud, sobre nuestros hospitales, va a ser considerable durante las próximas dos semanas, y quizás más”, afirmó al margen de una visita a un centro de vacunación en Inglaterra.
“No hay duda de que ómicron sigue propagándonse por el país”, pero esta variante es “claramente menos virulenta” que otras como la alfa y la delta, subrayó.
El Reino Unido, uno de los países más afectados por la pandemia con casi 149.000 muertes, se enfrenta a una disparada en el número de nuevos casos (más de 137.000 casos en Inglaterra y Gales el domingo) atribuidas a ómicron.
Sin embargo, Johnson descartó por el momento imponer más restricciones a parte del teletrabajo, el uso de mascarillas en interiores y pases sanitarios para eventos multitudinarios, que ya están en vigor, confiando en una campaña masiva de vacunas de refuerzo que, según afirmó, ha conseguido que el 76% de los adultos reciban una dosis extra.
“La combinación de cosas que estamos haciendo en este momento es, creo, la correcta”, afirmó el dirigente, que enfrenta la oposición de buena parte de su Partido Conservador a más restricciones.
“La mayoría de personas en cuidados intensivos no se vacunaron, desgraciadamente, y la gran mayoría, alrededor del 90%, no recibieron una dosis de refuerzo”, añadió.
Sin embargo, su gobierno decidió recomendar a los alumnos de secundaria que lleven mascarillas en clase a partir de esta semana.
El periódico Daily Telegraph también informó el sábado de que podría prolongar en enero la recomendación de trabajar desde casa, vigente desde mediados de diciembre.
Además del aumento de los ingresos hospitalarios, el servicio de salud se enfrenta a miles de ausencias de trabajadores sanitarios en régimen de aislamiento debido a una infección por coronavirus o a casos de contacto.
La disparada de contagios está perturbando muchos sectores, como el transporte y los servicios de bomberos, y provocando temor a profesores por el regreso a las aulas.