Puerto Príncipe.- El presidente haitiano Jovenel Moïse antes de ser asesinado, estuvo trabajando en una lista de poderosos políticos y empresarios involucrados en el tráfico de drogas en Haití, que entregaría al gobierno de Estados Unidos.
La información fue confirmada por cuatro altos asesores y funcionarios haitianos encargados de redactar ese documento y su esposa Martine Moïse de acuero a el New York Times.
Según le contó Martine Moïse a The New York Times en la primera entrevista que concedió después del asesinato, el grupo de hombres armados que irrumpió en la residencia buscaron en sus archivos y dijeron “Eso es”, dijeron antes de huir.
Los investigadores llegaron a la escena del crimen y la oficina del presidente Moïse había sido saqueada, y encontraron papeles esparcidos por todas partes.
En los interrogatorios, algunos de los sicarios capturados confesaron que recuperar la lista de Moïse, con los nombres de los presuntos narcotraficantes, era una prioridad.
Una figura central en la lista de Moïse era Charles Saint-Rémy, conocido como Kiko, dijeron dos de los funcionarios haitianos que ayudaron a redactar el expediente. Durante mucho tiempo, la Administración de Control de Drogas de Estados Unidos (DEA, por su sigla en inglés) ha considerado a Saint-Rémy, un hombre de negocios haitiano, como sospechoso de tráfico de drogas.
De acuerdo a los datos el documento forma parte de una serie de enfrentamientos que Moïse tuvo con poderosas figuras políticas y empresariales, algunas sospechosas de narcotráfico y tráfico de armas.
En los meses previos a su asesinato, Moïse tomó medidas para limpiar el departamento de aduanas de Haití, nacionalizar un puerto marítimo con antecedentes de contrabando, destruir una pista de aterrizaje utilizada por narcotraficantes e investigar el lucrativo comercio de anguilas, que recientemente ha sido identificado como un mecanismo para blanquear capitales.
El Times entrevistó a más de 70 personas y viajó a ocho de los diez departamentos, o estados, de Haití para entrevistar a políticos, amigos de la infancia de Moïse, policías, pescadores y personas involucradas en el tráfico de drogas con el fin de comprender qué sucedió durante los últimos siete meses de la vida del presidente.
Los funcionarios estadounidenses creen que los esfuerzos de Moïse para interrumpir el tráfico de drogas y desafiar a las familias poderosas podrían haber desencadenado su asesinato, y señalan que Saint-Rémy emergió como un posible sospechoso al principio de la investigación.