La vicepresidente cuestionó la decisión del viernes de la Corte Suprema, que permite que cualquier clínica presente recursos contra la restrictiva ley del estado de Texas, mientras se negó a derogar la normativa.
La vicepresidenta de Estados Unidos, Kamala Harris, aseguró este sábado que “el derecho de las mujeres a tomar decisiones sobre su propio cuerpo no es negociable”, después de que la Corte Suprema anunciara el viernes que permitirá la admisión a trámite de cualquier recurso contra la restrictiva ley del aborto en el estado de Texas, si bien se negó a derogar la normativa.
“La decisión de la Corte Suprema permite que la ‘S.B.8′ —nombre con el que es conocida la ley—, que amenaza la salud y los derechos de las mujeres, siga en pie”, expresó en un comunicado.
“La prohibición del aborto tras las primeras seis semanas de embarazo sigue en pie. Los incentivos económicos a los vigilantes permanecen y siguen existiendo los daños a las mujeres”, se lamentó.
“Debemos proteger el derecho constitucional reconocido en el caso Roe contra Wade —máximo exponente de la normativa sobre el aborto en Estados Unidos— convirtiéndolo en ley”, explicó la vicepresidenta estadounidense, primera mujer en ocupar ese cargo.
Miles de personas caminan durante una marcha de las mujeres por la Avenida Pensilvania, en Washington (EEUU), en una fotografía de archivo (EFE/Michael Reynolds)
“Debemos aprobar la Ley de Protección Sanitaria de la Mujer y debemos seguir haciendo todo lo que esté en nuestras manos para defender los derechos reproductivos de las mujeres”, terminó.
Las autoridades de Texas han intentado blindar la ley al dejar su ejecución en manos de cualquier persona que quiera denunciar a un médico que practique abortos después de las seis semanas. El estado ofrece “recompensas” de hasta 10.000 dólares a quien se animara a demandar, lo que expone a los médicos —incapacitados por esa ley para responder a las acusaciones hasta que la demanda en su contra estuviera formulada— a la ruina.
Ese sistema ha permitido hasta ahora que las autoridades de Texas eludan la responsabilidad por la aplicación de la ley, porque el peso de la implementación recae en esos ciudadanos particulares y no en los líderes conservadores que impulsaron el veto al aborto. Ninguna otra ley similar que prohíba abortar a las seis semanas de gestación -cuando se puede detectar el latido del corazón del feto- ha entrado en vigor en Estados Unidos.
Tras el fallo, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, mostró su “preocupación” por “las importantes consecuencias que tiene para las mujeres en Texas y en todo el país, y para el Estado de Derecho”, tal y como recogió un comunicado publicado por la Casa Blanca.
IMAGEN DE ARCHIVO. El presidente de Estados Unidos, Joe Biden (REUTERS/Evelyn Hockstein)
Asimismo, añadió que “todavía queda mucho que hacer”, tanto en Texas y en Misisipi como en otros estados, un trabajo para el que, ha asegurado, siempre estará “del lado de las mujeres” para “proteger y defender su derecho constitucional reconocido desde hace mucho tiempo en el marco del caso Roe contra Wade”.
En septiembre, la Cámara Baja aprobó un proyecto de ley que blindaría el derecho al aborto en todo el país y dejaría sin validez los vetos en Texas y otros estados, pero que no tiene prácticamente ninguna posibilidad de salir adelante en el Senado porque necesitaría varios votos de la oposición republicana.
El Tribunal Supremo de EEUU no entró este viernes a valorar si la legislación de Texas viola el derecho al aborto y se limitó a establecer que las clínicas abortivas pueden continuar con sus desafíos legales en cortes inferiores, aunque la norma seguirá vigente.
La ley de Texas, que entró en vigor en septiembre, prohíbe el aborto desde las seis semanas de gestación y no contiene excepciones para los casos de incesto o violación.
Fuente: Infobae