Managua, Nicaragua | AFP | El presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, dijo el viernes que Estados Unidos dejará pronto de ser la primera economía mundial para cederle el podio a China, un día después de que su país restableciera relaciones diplomáticas con Pekín y rompiera con Taiwán.
“China se convirtió en una potencia que atacó la pobreza, el hambre, desarrolló la economía, la ciencia, la tecnología. (…). Dentro de pocos años, la primera economía mundial dejará de ser Estados Unidos y será China”, vaticinó Ortega durante una ceremonia oficial de graduación de militares.
El mandatario recordó que durante la revolución de 1979, Nicaragua tuvo relaciones con China hasta 1990, cuando perdió las elecciones frente a Violeta Barrios y, 17 años después, al regresar al poder, comenzó a tratar de reanudarlas, “estableciendo un vínculo estrecho” y “luchando contra las intervenciones”.
China y Estados Unidos enfrentan un momento de creciente tensión por Taiwán, pero también Washington ha endurecido sanciones contra Ortega, reelecto en noviembre para un cuarto mandato consecutivo con la mayoría de sus rivales presos.
En su discurso, el mandatario reiteró que los detenidos, que suman más de 40, son “criminales” y “terroristas” y que “no están siendo procesados por tener un pensamiento diferente, están siendo procesados por sus crímenes”.
“Esto no es venganza, es justicia (…) Fueron decenas, centenares de muertos, quemados, asesinados, torturados. [EEUU] estaba detrás de ellos, financiándolos, haciéndoles llegar el dinero envenenado que mandan desde afuera”, apuntó, en referencia a las protestas contra su gobierno en 2018, con enfrentamientos que dejaron 355 fallecidos, según organismos de derechos humanos.
En respuesta a la decisión de Nicaragua, el Departamento de Estado estadounidense solicitó el jueves a “los países que valoran las instituciones democráticas” a que “amplíen su compromiso con Taiwán”.
Ortega, exguerrillero de 76 años, tildó de “absurdo” el discurso de EEUU y criticó que “ellos sí se sienten con el derecho por tener relaciones [con China], porque saben que es una potencia económica que no pueden subestimar”.
“Cometen la ridiculez de estar sancionando a China y creen que van detener el crecimiento, como lo hacen con la Federación rusa y como lo hacen con muchos países en el mundo”, expuso el presidente, en el poder desde el 2007.