Brasilia, Brasil | AFP | El presidente brasileño, Jair Bolsonaro, calificó este jueves como una “provocación” que su par francés Emmanuel Macron recibiera a su principal rival político, el expresidente izquierdista Luiz Inácio Lula da Silva, en el palacio del Elíseo.
“Macron siempre estuvo contra nosotros, siempre nos atacó por la cuestión de la Amazonía. (…) Parece que es una provocación”, dijo el mandatario ultraderechista durante una entrevista con la Radio Sociedade, del estado de Bahía (noreste).
Macron y Lula, que gobernó de 2003 a 2010, “se entienden bien y hablan el mismo lenguaje”, agregó Bolsonaro.
Como parte de una gira por Europa, Lula fue recibido la semana pasada en el palacio del Elíseo para un desayuno y una reunión con Macron “sobre los últimos desarrollos de la escena internacional”.
Lula “compartió su visión del papel de Brasil en el mundo, constatando que los últimos tres años el país se ha ido retirando del marco multilateral y de los grandes acuerdos internacionales”, señaló el Elíseo en un comunicado.
El exmandatario es el favorito para las elecciones presidenciales de 2022, aunque solo a inicios del año próximo prevé anunciar si se lanzará a un tercer mandato.
En 2019, Bolsonaro protagonizó fuertes confrontaciones con Macron en las redes sociales, después de que el presidente francés lo criticara duramente por el aumento de incendios en la Amazonía.
En enero pasado, el presidente brasileño instó a su homólogo a parar de “decir idioteces” sobre el impacto de la producción de soja en la deforestación.
“Por el amor de Dios, señor Macron, no compre soja brasileña, así usted no deforesta la Amazonía. Compre soja en Francia”, afirmó entonces Bolsonaro con ironía.
Macron es uno de los principales opositores a la ratificación del acuerdo comercial entre la Unión Europea y el Mercosur, principalmente debido a los problemas de deforestación en la Amazonía.
En el tercer año del mandato de Bolsonaro, la deforestación en el área alcanzó niveles récord desde 2006, lo que puso en entredicho la promesa de Brasil de revertir esta tendencia y eliminar la deforestación ilegal para 2028.
A eso se comprometió en la última conferencia de la ONU sobre el clima, la COP26.
Desde que asumió en enero de 2019, Bolsonaro ha sido criticado por debilitar la supervisión ambiental y favorecer la autorización de actividades mineras o agrícolas en áreas protegidas.