AFP. – La llegada el lunes de una nueva colada de lava al mar en la isla española de La Palma (suroeste), la tercera, llevó a las autoridades a decretar el confinamiento de la población cercana por temor a los gases nocivos.
El Plan de Emergencias Volcánicas de Canarias (Pevolca) “ordena el confinamiento de la población en San Borondón, Tazacorte y el diseminado de El Cardón hasta Camino Los Palomares por el norte”, informó el servicio de emergencias 112 en Twitter.
El confinamiento se hace “en previsión de posibles emanaciones de gases nocivos para la salud”, añade el texto.
El confinamiento afecta a “unas 3.000 personas”, precisó Miguel Ángel Morcuende, director técnico del Pevolca, en conferencia de prensa, cuando se cumplen 64 días de erupción del Cumbre Vieja en esta isla del archipiélago de las Canarias.
Las coladas de lava han afectado sólo al oeste de la isla, pero las cenizas volcánicas obligaron de nuevo este lunes a suspender las operaciones en el aeropuerto de Santa Cruz de la Palma, la capital de la isla, que se encuentra en el lado este.
“El Aeropuerto de La Palma se encuentra inoperativo por acumulación de ceniza. Se aplican los protocolos establecidos”, informó el organismo gestor de los aeropuertos españoles, AENA.
La aerolínea regional Binter, principal enlace aéreo con las islas vecinas, anunció la cancelación de “todos los vuelos con origen/destino #LaPalma de este lunes”.
El domingo el aeropuerto ya operó de manera intermitente, lo que obligó a muchos turistas que visitan la isla para ver la erupción a recurrir a los ferrys que unen La Palma a Tenerife.
Además, Morcuende explicó que “por primera vez a lo largo de la emergencia”, se pide a los habitantes de Santa Cruz de la Palma que se protejan con máscarillas FFP2 del dióxido de azufre y otras partículas nocivas suspendidas en el aire por la erupción.
Aquellas personas que sufran de problemas respiratorios o cardiacos “deberán permanecer en casa, limitar absolutamente su salida”, aconsejó el responsable.
El volcán entró en su tercer mes de erupción sin que se vislumbre un fin, afectando hasta la fecha a casi 1.500 edificaciones, de las que casi 1.100 son viviendas, según datos del Catastro, el registro de bienes inmobiliarios.
Según los últimos datos del sistema de medición geoespacial europeo Copernicus, la lava ha cubierto 1.065 hectáreas.