La Habana, Cuba | AFP | La presencia policial, el arresto y la inmovilización de varios líderes de la disidencia impidieron el lunes la realización de la manifestación prohibida por el gobierno, que se burló diciendo que fue una “operación fallida” de Estados Unidos.
Hacia las 15H00 (20H00 GMT), hora en que estaba prevista la manifestación en La Habana y en seis provincias más, las calles de la capital estaban en calma, bajo una fuerte vigilancia de policías uniformados y vestidos de civil.
Algunos cubanos postearon en redes sociales sus fotos vestidos de blanco, de acuerdo con la convocatoria, pero en general no respondieron al llamado.
El canciller, Bruno Rodríguez, denunció una “operación fallida”, luego de que el gobierno comunista ha acusado durante semanas a Estados Unidos de querer desestabilizar Cuba con esta manifestación, que tenía el objeto de demandar la liberación de los presos políticos.
“Algunos de mis colegas en Washington parece que se quedaron vestidos para nada, para la fiesta suya que no ha ocurrido”, dijo Bruno Rodríguez en una transmisión en vivo de Facebook.
“El guión no ha sido bueno y la puesta en escena ha sido peor”, indicó, al calificar la jornada del lunes como “festiva” con la llegada de “decenas de vuelos” que “ha reanimado el turismo internacional”.
La convocatoria a la manifestación coincidía con la reapertura al turismo exterior en la isla y el retorno de los niños a la escuela tras meses de cierre debido a la pandemia del coronavirus.
El presidente Miguel Díaz-Canel, que asistió el lunes a una ceremonia de la reinauguración del ciclo escolar en Ciudad libertad, al oeste de La Habana, había denunciado el domingo la intención de “subvertir el orden interno” y “campañas mediáticas contra Cuba”.
Las autoridades habían prohibido la manifestación y amenazado a los organizadores – el grupo de debate político Archipiélago que cuenta con 37.000 miembros dentro y fuera de Cuba – con sanciones penales.
Varios disidentes cubanos fueron arrestados, entre ellos Manuel Cuesta Morúa, de 58 años, vicepresidente del Consejo para la Transición Democrática.
“Fue detenido por la Seguridad del Estado hoy a eso de la una de la tarde (18H00 GMT) saliendo de la casa” en La Habana, dijo a AFP su esposa, Nairobi Scheri.
La líder del movimiento disidente Damas de Blanco, Berta Soler, y su marido, el expreso político Ángel Moya, también fueron detenidos, según anunció en Twitter la disidente Martha Beatriz Roque.
La historiadora de arte y activista Carolina Barrero, impedida de salir de su casa desde hace 200 días, también fue arrestada, anunció el movimiento 27N al que pertenece.
Otro disidente, Guillermo Fariñas, está detenido desde el viernes.
Muchos opositores, promotores de la manifestación y periodistas independientes dijeron haber sido bloqueados en sus casas por agentes de la Seguridad del Estado.
Varios de ellos dijeron que fueron víctimas de actos de repudio, manifestaciones de simpatizantes del gobierno usadas desde hace años para increpar a los disidentes. También denunciaron que les cortaron la conexión a internet.
“Si no me dejan salir hoy, lo haré mañana con más convicción y decisión que hoy”, prometió en Twitter Saily González, que convocó a la manifestación en la central ciudad de Santa Clara.
El dramaturgo Yunior García, de 39 años, fundador del grupo Archipiélago y punta de lanza de una nueva generación de disidentes cubanos impulsada por el auge de las redes sociales, seguía el lunes impedido de salir de su casa por agentes de seguridad vestidos de civil, constató un periodista de la AFP.
Su plan de salir el domingo a marchar solo con una rosa blanca en la mano fue cancelado por agentes de seguridad que bloquearon su edificio.
Este llamado ocurre cuatro meses después de las históricas y espontáneas manifestaciones del 11 de julio, que dejaron un muerto, decenas de heridos y 1.270 personas detenidas, de las cuales 658 siguen en prisión, según la ONG de defensa de derechos humanos Cubalex.
La isla vive su peor crisis económica en casi 30 años, con una grave escasez de alimentos y medicinas, así como un creciente descontento social y la confrontación esta en su más alto nivel entre defensores y críticos del gobierno.
Francia urgió el lunes en un comunicado a las autoridades cubanas a “garantizar el derecho de la población cubana a reunirse y manifestarse pacíficamente”, señalando que sigue “con preocupación” la situación.
El jefe de la diplomacia de Estados Unidos, Antony Blinken, pidió el domingo a La Habana “que respete los derechos humanos de los cubanos y que les permita reunirse pacíficamente”.
En cambio, el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, expresó su admiración por la “arrogancia” de Cuba que, dijo, actúa como un país “libre e independiente”.