Reconoce que no será este año, sino entrado el 2022, ya que las condiciones de la producción mundial no muestran señales de mejoría a corto plazo.
El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, admitió a una cadena noticiosa norteamericana el pasado viernes que carece de “una solución inmediata” al problema del aumento de los precios de los combustibles en su país.
Abordado por la cadena CNN, el mandatario señaló a los estadounidenses que será entrado el próximo año 2022 cuando podrían experimentar “un alivio” al echar gasolina.
“Supongo que se comenzará a ver una baja en los precios de la gasolina a medida que avanzamos…en el próximo año, 2022”, dijo el presidente Biden al periodista Anderson Cooper de la cadena.
Bicen añadió que “no veo que vaya a pasar nada mientras tanto que reduzca significativamente los precios de la gasolina… Debo decirles que no tengo una respuesta a corto plazo”.
En Estados Unidos, el precio promedio de un galón de gasolina regular alcanzó los $3.36 dólares la semana pasada, cuatro centavos más que la media del lunes, y ningún estado tenía un precio promedio de gasolina inferior a $3 por galón, según la American Automobile Association (AAA).
En la costa central de California, un galón de gasolina sin plomo (la premium) costaba $7.59 dólares, mientras que la semana pasada en la ciudad de Nueva York, los automovilistas pagaban casi $5 dólares por galón para llenar su tanque, equivalentes a unos $280 pesos dominicanos.
El aumento se atribuye a la alta demanda, los altos precios del petróleo crudo y una caída en las existencias de gas, de la que Biden acusó el jueves a la OPEP y sus aliados productores de petróleo en el Medio Oriente.
Sin embargo, también Estados Unidos ha reducido la producción de petróleo, impactando la oferta disponible. En este país, los precios de la gasolina subieron 1.2% el mes pasado y se han disparado más del 42% en comparación con 2020.
El primer mandatario de la potencia mundial se refirió a la posibilidad de tener que acudir a la Reserva Estratégica de Petróleo para “reducir el precio del gas tal vez 18 centavos de dólar más o menos por galón, y todavía estará por encima de los tres dólares”.
También la crisis energética en Europa, por una alta demanda de gas no satisfecha por insuficiencia en la producción y el abastecimiento, y la reducción de la producción de petróleo en EEUU están coincidiendo para producir los cuellos de botella en el mercado mundial y los elevados precios.
En China, una política de cielo azul para controlar la contaminación atmosférica provocada por el carbón ha desplazado la demanda hacia el gas, cuyas reservas son limitadas, e intensificado la competencia entre China y Europa por el suministro.
A su vez, en el corto plazo, en Europa la situación está llevando a retomar el carbón para ayudar a satisfacer la demanda, convirtiéndose en una fuente de energía más económica que el gas, aunque más contaminante.
Mientras, en República Dominicana, el Gobierno ha estado sufragando en altísima medida los precios de los combustibles derivados del petróleo durante más de ocho meses de 2021, situación que se ha vuelto insostenible para la buena salud de las finanzas y la economía dominicanas.