Los científicos han encontrado indicios de una forma de malaria resistente en Uganda, lo que representa una señal inquietante de que el principal medicamento utilizado contra la enfermedad parasitaria podría acabar siendo inútil si no se toman más medidas para frenar su propagación.
Investigadores en Uganda analizaron muestras de sangre de pacientes tratados con artemisinina, el principal medicamento utilizado para tratar la malaria en África y que es administrado junto con otros fármacos. Encontraron que para 2019, cerca del 20% de las muestras tenían mutaciones genéticas que indicaban que el tratamiento no era efectivo. Las pruebas de laboratorio mostraron que esos pacientes tardaron mucho más tiempo en deshacerse de los parásitos que causan la malaria.
Las formas de malaria resistentes a medicamentos habían sido detectadas anteriormente en Asia, y las autoridades de salud han estado muy atentas a cualquier indicio de ellas en África, donde se registran más del 90% de los casos de malaria del mundo. Algunas cepas aisladas de la malaria resistentes a los fármacos se han registrado en Ruanda.
“Nuestros hallazgos indican un riesgo potencial de propagación transfronteriza en África”, escribieron los investigadores en la revista New England Journal of Medicine, que publicó el estudio el miércoles.
Las cepas resistentes a los medicamentos emergieron en Uganda, no fueron importadas de otras partes, reportaron los investigadores. Revisaron 240 muestras de sangre en el transcurso de tres años.
La malaria se propaga por picaduras de mosquito y mata a unas 400.000 personas al año, la mayoría niños menores de 5 años y embarazadas.
El doctor Philip Rosenthal, profesor de medicina en la Universidad de California, campus San Francisco, dijo que los nuevos hallazgos en Uganda, luego de otros resultados en Ruanda, “demuestran que la resistencia realmente ha logrado establecerse en África”.
Rosenthal, quien no participó en el nuevo estudio, dijo que era probable que hubiera resistencia a los medicamentos en otras partes del continente y que no se haya detectado. Señaló que algunas versiones resistentes a los medicamentos de la malaria emergieron en Camboya hace algunos años y que ahora se han propagado en Asia. Predijo un camino similar para la enfermedad en África, con consecuencias más letales dada la fuerte presencia de la malaria en el continente.