(AFP) Al optar por una crisis frontal con Estados Unidos tras la pérdida de un megacontrato de submarinos, Francia hace una apuesta arriesgada: los aliados europeos no tienen prisa en apoyarlo y quedan pocas opciones a su disposición.
“Cuando entras en una crisis de este tipo, tienes que saber por qué puerta puedes salir”, advierte Bertrand Badie, profesor de relaciones internacionales en el Instituto de Ciencias Políticas de París.
Para expresar su enfado, Francia llamó a consultas a su embajador en Estados Unidos, un acto sin precedentes frente al histórico aliado, y también lo hizo con Australia, país por el que se originó la crisis.
“Tendrán que volver a sus puestos, sobre todo el embajador en Washington. Sin embargo, hoy no vemos qué tipo de evento podría permitir este regreso sin que Francia dé la impresión de ceder, de perder el control o el prestigio”, explica Bertrand Badie a la AFP.
El enojo de París con Estados Unidos y Australia nació el miércoles, cuando esos dos países anunciaron una alianza estratégica junto a Londres para contrarrestar la influencia de China, que torpedeó al mismo tiempo un contrato de venta de submarinos franceses a la marina australiana por más de 50.000 millones de euros.
Si bien el presidente Emmanuel Macron se ha mantenido en silencio, su jefe de diplomacia, Jean-Yves Le Drian, criticó a los tres países con términos muy poco diplomáticos e inusuales.
“Mentira”, “duplicidad”, “desprecio”: Le Drian los acusa de haber ocultado sus negociaciones durante meses, denuncia un “gran abuso de confianza” entre los aliados de la OTAN y, de paso, llamó al Reino Unido la “quinta rueda de la carroza”.
– “Un golpe” –
Frente a esta acusación, sumada a un elocuente silencio europeo, Francia se encuentra muy sola en el escenario internacional en momentos en que se inaugura la Asamblea General anual de la ONU esta semana en Nueva York.
Emmanuel Macron decidió no asistir y Jean-Yves Le Drian irá en representación de Francia.
En Berlín, el gobierno se limitó a decir que había “tomado nota” de la crisis. Con las elecciones legislativas alemanas del 26 de septiembre, Francia sabe que difícilmente podrá contar de inmediato con Alemania.
“Este es un gran golpe para Francia. No hay salida al final del túnel”, dijo Célia Belin, especialista en relaciones transatlánticas de la Brookings Institution. En este embrollo, “hay que exigir que las cosas acaben de manera legal y correcta con los australianos”, dijo a la AFP.
Es probable que la escalada con Estados Unidos afecte varios asuntos a menos que se intenten recoger rápidamente las piezas.
“Pueden ser gestos formales, simbólicos, una reunión, palabras muy amables, cualquier cosa que halague a la diplomacia francesa”, dijo Badie.
Joe Biden pidió explicarse con Emmanuel Macron, quien lo atenderá por teléfono en los “próximos días”, según el portavoz del gobierno francés, Gabriel Attal.
En esta etapa, no está prevista ninguna reunión bilateral al margen de la Asamblea de la ONU en Nueva York entre el ministro de Relaciones Exteriores francés y sus homólogos estadounidense, Antony Blinken, y británica, Liz Truss.
– ¿La ira, mala consejera? –
Una reunión de los ministros de Defensa francés y británico, programada para esta semana, fue cancelada a petición de París.
“Tenemos derecho a estar enojados (…) Pero el riesgo para Francia es que la ira la guíe”, señala François Heisbourg, de la Fundación para la Investigación Estratégica (FRS) de París.
Entre las posibles salidas de la crisis, Australia podría alquilar submarinos nucleares de ataque a Francia mientras espera que Estados Unidos se los proporcione, sugiere. El contrato inicial era para sumergibles con motor diésel.
“Después de un desaire como ese, es muy importante que los franceses se centren en Europa y garanticen la solidaridad europea”, estima Célia Belin.
Lejos de sus promesas al inicio de su mandato, Joe Biden ya ha tropezado con sus socios europeos en varias ocasiones, desde el anuncio unilateral de la retirada de Afganistán hasta el mantenimiento de fronteras cerradas para los viajeros europeos por la pandemia del covid-19.
“Pero Europa nunca ha estado tan dividida sobre sus opciones de política exterior” y sobre su relación con Washington, apunta Bertrand Badie.
Para los europeos del este, la salvación de Rusia solo puede llegar a través de Estados Unidos y Alemania sigue preocupada por salvar los intereses del aliado estadounidense.
Estas posiciones van en contra de la autonomía estratégica de Europa, exigida por el presidente Macron, cuyo país asumirá la presidencia de la Unión Europea en el primer semestre de 2022.