El presidente de los Estados Unidos, Joe Biden, elogió la capacidad de los deportes para curar las heridas y unir a un país en un momento de crisis al recibir este viernes en la Casa Blanca a los Dodgers de Los Ángeles, campeones de la Serie Mundial de la MLB en octubre pasado.
Los Dodgers, que conquistaron el cetro al imponerse a los Rays de Tampa Bay, son el primer equipo que acude a la Casa Blanca desde que sobrevino la pandemia de COVID-19 y el primero desde que Biden asumió el cargo el pasado 20 de enero.
“Creo que lo que descubrimos es que necesitamos los deportes más de lo que pensamos”, dijo Biden, quien elogió al béisbol como un tótem importante de normalidad en “uno de los años más desafiantes” en la historia de la nación.
El presidente saludó a los Dodgers como “mucho más que un club de béisbol, son un pilar de la cultura estadounidense”. También elogió al equipo por usar su estadio como un sitio de vacunación masiva de COVID-19.
La ceremonia marcó el último paso en los esfuerzos de la Casa Blanca para regresar a los grandes eventos en persona, ya que busca resaltar el resurgimiento de la nación de la pandemia tras el COVID-19. Más de 50 miembros del equipo asistieron al evento en el East Room, así como varios pesos pesados políticos con vínculos con California, incluida la vicepresidenta Kamala Harris, el líder republicano de la Cámara Kevin McCarthy y el alcalde de Los Ángeles Eric Garcetti.
Biden mantuvo el estado de ánimo ligero, bromeando que no quería insistir en el hecho de que Harris es fan de sus rivales San Francisco Giants. También contó historias sobre sus propias hazañas en un juego de béisbol del Congreso, diciendo que golpeó una pelota contra la pared que emocionó a sus hijos más que cualquiera de sus logros políticos.
El estelar lanzador Clayton Kershaw presentó a Biden lo que se ha convertido en el regalo estándar: una camiseta estampada en la espalda con el nombre y el número del presidente.
Biden, el 46° comandante en jefe, bromeó diciendo que estaba demostrando que era “un hombre valiente” al levantar la camiseta porque corría el riesgo de provocar la ira de la primera dama Jill Biden.