AFP.- El candidato de izquierda, Pedro Castillo, ya se considera ganador del ajustado balotaje presidencial del domingo en Perú, donde un escrutinio a cuentagotas 48 horas después sigue sin arrojar vencedor oficial, aunque el profesor rural aventaja a Keiko Fujimori e incluso recibe saludos como el del exmandatario de Bolivia Evo Morales.
Morales saludó este miércoles la “victoria” de Castillo, quien ha realizado mensajes en tono de seguro vencedor al ampliarse su ventaja sobre la derechista Keiko Fujimori, 50,2% versus 49,7% para la candidata conservadora, tras contabilizar el 98,3% de las mesas de sufragio hacia las 10h30 locales (15h30 GMT), según el órgano electoral peruano (ONPE).
“¡Muchas felicidades por esta victoria, que es la victoria del pueblo peruano, pero también del pueblo latinoamericano que quiere vivir con justicia social!”, tuiteó el exmandatario izquierdista indígena (2006-2019).
En un mensaje ante seguidores en la sede de su partido Perú Libre en el centro de Lima, Castillo dijo que sus observadores dan por contada la victoria presidencial en segunda vuelta, instó a sus seguidores a no caer en provocaciones e incluso agradeció saludos “por su victoria” enviados por países de América Latina.
“Seremos un gobierno respetuoso de la democracia, de la Constitución actual y haremos un gobierno con estabilidad financiera y económica”, dijo Castillo la noche del martes desde un balcón ante cientos de seguidores.
“Quiero expresar a nombre del pueblo peruano a las personalidades de diferentes países que hoy en la tarde han venido expresando el saludo al pueblo peruano”, agregó en alusión a mensajes de “embajadas y gobiernos de América Latina y de otros países”.
Castillo tiene casi 72.000 votos más que su rival, pero la contienda sigue abierta, según fuentes de la ONPE.
Como en las tres últimas elecciones presidenciales en Perú, casi tan ajustadas como la actual, el conteo oficial demora a la espera de los votos de las remotas zonas rurales y selváticas, y del exterior.
En el exterior, Fujimori consigue hasta ahora el 66,48% de los sufragios, con el 89,47% de estas mesas escrutadas.
Pero “remontar esa diferencia va a ser muy difícil, deben quedar más votos por contar en Perú que en el extranjero”, dijo a la AFP el analista Hugo Otero porque todavía queda por contar poco menos del 2% de las mesas de Perú, la mayoría de zonas remotas.
– “Miente, miente” –
Al cierre de la votación el domingo, la hija del encarcelado expresidente Alberto Fujimori lideraba el escrutinio pero a medida que éste avanzó, Castillo le fue pisando los talones hasta aventajarla.
Fujimori denunció el lunes “indicios de fraude” después de que Castillo la sobrepasara. Su equipo cifra ahora sus esperanzas en las impugnaciones de actas de sufragio que serán resueltas “en un plazo de 10 a 12 días” por el Jurado Nacional Electoral (JNE), según dijo a la AFP una fuente del organismo.
Luis Galarreta, candidato a la vicepresidencia de Fujimori, afirmó que los delegados electorales de Perú Libre hicieron “fraude en mesa”.
Sin embargo, la ONPE niega la posibilidad de fraudes, lo mismo que la Misión de observación electoral de la Organización de Estados Americanos (OEA) que calificó el proceso de normal y transparente.
“Miente, miente, más de lo mismo: El Fujimorismo”, dijo el partido de Castillo en un comunicado, afirmando que “no es un secreto la vieja práctica del fujimorismo sobre fraudes electorales”.
Entre otras cosas el partido de Castillo recuerda “la venganza de la señora Keiko Fujimori por no aceptar los resultados en el año 2016”, cuando ella perdió ante Pedro Pablo Kuczynski por estrecho margen (50,12% vs 49,88%). Aquella impugnación de actas tardó siete días para que el JNE proclamara a su rival Presidente de Perú.
Mientras los partidarios de Castillo empiezan a cantar victoria, unos 200 seguidores de Fujimori, en su mayoría de las clases media y altas de Lima, se congregaron el martes frente a la sede de la ONPE para denunciar “fraude”.
La incertidumbre se acentúa en un país sumido en convulsiones políticas que condujeron a tener cuatro presidentes desde 2018, tres de ellos en cinco días de noviembre pasado.
En Perú el escrutinio ha dejado en evidencia que en esta contienda no solo hay una pugna política, sino también entre Lima y el “Perú profundo”, postergado por siglos y muy golpeado por la recesión económica causada por la pandemia.
En la región andina de Cusco, la antigua capital del imperio inca, Castillo conquistó el 83% de los votos, y en Puno, a orillas del lago Titicaca, el 89%. En estas zonas predominan las poblaciones quechua y aymara, respectivamente.