AFP.- Aviones de combate israelíes bombardearon toda la noche el centro de Gaza y mataron en uno de los ataques a 10 miembros de una familia, según fuentes médicas, mientras este sábado llegó un enviado de Estados Unidos para entablar negociaciones.
El alto responsable del Departamento de Estado norteamericano para los asuntos israelíes y palestinos, Hady Amr, tiene que reunirse con dirigentes israelíes en Jerusalén este sábado, antes de entrevistarse en Cisjordania ocupada con responsables palestinos.
El emisario quiere alentar a los dos bandos a trabajar hacia una “calma duradera”, declaró la portavoz adjunta del Departamento de Estado, Jalina Porter.
Estados Unidos ha sido criticado por no haber actuado para frenar la escalada de violencia, tras haber bloqueado una reunión del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, prevista el viernes.
Aunque se han incrementado los esfuerzos diplomáticos para poner fin a cinco días de violentos enfrentamientos entre Israel y militantes palestinos en Gaza, el ejército israelí bombardeó varios objetivos en el enclave en la noche del viernes al sábado, y desde la Franja de Gaza volvieron a dispararse cohetes en dirección a Israel.
Entre las víctimas de estos últimos bombardeos israelíes figuran 10 miembros de una misma familia, ocho niños y dos mujeres, que perecieron en el campo de refugiados de Al Shati al desplomarse el edificio de tres pisos en el que se encontraban, según fuentes médicas.
Los niños “estaban seguros en su casa, no llevaban armas, no dispararon cohetes”, dijo su padre Mohamad Abu Hatab, en el hospital Shifa de la ciudad de Gaza.
Desde el lunes, al menos 126 palestinos han perdido la vida, entre ellos 31 menores, y 950 resultaron heridos, según el último balance el viernes por la noche de las autoridades palestinas.
Egipto abrió el sábado su puesto fronterizo de Rafah para permitir la entrada de 10 ambulancias con palestinos heridos de gravedad.
Desde el inicio de la escalada, más de 2.000 cohetes se han disparado desde la Franja de Gaza contra Israel, que han matado a 9 personas, entre ellas un menor y un soldado, y han herido a 560. Según el ejército, el escudo antimisiles “Cúpula de Hierro” ha interceptado en torno al 90% de los proyectiles.
“Todavía no ha acabado”
A pesar de los llamados internacionales a favor de la desescalada, el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, ha advertido que su ejército infligirá “serios reveses” al movimiento “terrorista” Hamás, que controla el enclave de Gaza. “Lo están pagando y van a continuar pagando caro. Todavía no ha acabado”.
Pero los frentes se multiplican. En Cisjordania, de Naplusa a Hebrón y en todo el territorio ocupado por Israel desde 1967, los palestinos lanzan piedras, cócteles Molotov y otros proyectiles contras las fuerzas israelíes, que replican con balas de goma y a veces con munición real.
Estos enfrentamientos se saldaron el viernes en el bando palestino con 11 muertos y unos 250 heridos.
En el barrio de Shuafat, en Jerusalén Este, se registraron disturbios nocturnos. Jóvenes manifestantes palestinos quemaron escombros y la policía israelí respondió con gases lacrimógenos.
Este sábado, las autoridades israelíes se mantienen en alerta, con nuevas manifestaciones previstas en Cisjordania ocupada. Los palestinos conmemoran cada 15 de mayo la Nakba, la “catástrofe” que representa para ellos la creación de Israel en 1948. Cada año se producen violentos altercados con el ejército y los colonos israelíes.
El nuevo conflicto estalló tras el lanzamiento desde Gaza de una andanada de cohetes contra Israel en “solidaridad” con los más de 700 palestinos heridos en los disturbios con la policía israelí en la Explanada de las Mezquitas en Jerusalén Este, sector palestino ocupado por Israel desde 1967.
Los disturbios en la explanada, tercer lugar santo del islam, fueron la culminación de fuertes tensiones y enfrentamientos en Jerusalén Este, debido, sobre todo, a la amenaza de expulsión de familias palestinas a favor de colonos judíos en un barrio de la Ciudad Santa.
Choques intercomunitarios en ciudades mixtas
Israel empezó a bombardear Gaza el lunes en respuesta a los disparos de cohetes contra Jerusalén por el brazo armado del partido islamista Hamás y otros grupos armados palestinos. El sábado por la mañana, las alarmas seguían ululando en el sur del país.
Los bombardeos y las columnas de humo, visibles a kilómetros a la redonda, han reducido edificios de viviendas a las ruinas en el pequeño enclave palestino donde se hacinan dos millones de personas.
Israel combate asimismo en otro frente: el recrudecimiento de disturbios intercomunitarios en varias ciudades mixtas, donde cohabitan judíos y palestinos con ciudadanía israelí, especialmente en Lod (centro), Jaffa cerca de Tel Aviv y Acre, en el norte del país.
Asimismo, en la noche, se dispararon tres cohetes desde Siria, vecina de Israel, sin que causaran daños. Y en la frontera israelo-libanesa, soldados israelíes dispararon contra manifestantes libaneses que lograron penetrar brevemente al territorio israelí y un miembro del Hezbolá que participaba en la manifestación fue muerto a tiros.