El presupuesto del Ministerio de Medio Ambiente de Brasil para el próximo año ha caído a pesar de que el presidente, Jair Bolsonaro, prometió el jueves durante la cumbre de líderes convocada por la Casa Blanca que redoblaría esfuerzos para combatir el cambio climático y reducir la emisión de gases contaminantes.
Unas 24 horas después de esta promesa, que incluyó un adelanto de diez años -hasta 2050- del objetivo de la neutralidad de carbono, se publicaron unos presupuestos que contemplan 2.000 millones de reales (unos 365 millones de dólares) para el Ministerio de Medio Ambiente, por debajo de los 2.600 millones del ejercicio anterior.
El Ministerio de Economía explicó que no se trata de un recorte como tal, sino del veto de provisiones adoptadas en el Congreso y valoradas en 240 millones de reales (unos 43 millones de dólares), según medios locales. Entre los fondos bloqueados hay 11,6 millones de reales destinados expresamente a tareas de “control e inspección”.
El ministro de Medio Ambiente, Ricardo Salles, anunció en su cuenta de Twitter que ya ha formalizado una propuesta ante Economía para complementar el presupuesto con otros 270 millones de reales que irían destinados a “actividades de fiscalización, prevención y combate de la deforestación ilegal y los incendios forestales y de vigilancia medioambiental”.
Bolsonaro prometió durante la cumbre convocada por su homólogo estadounidense, Joe Biden, que trabajaría para erradicar la deforestación ilegal en el año 2030 y se comprometió a duplicar fondos.
Brasil, según su presidente, aspira a estar “en primera línea” de la lucha mundial contra el cambio climático, a pesar de que las políticas de los últimos años han sido duramente criticadas por organizaciones ecologistas.
El discurso de Bolsonaro en la Cumbre Climática
El mandatario dijo que el gigante sudamericano aspirará a conseguir la neutralidad de carbono en el año 2050, diez años antes de lo comprometido previamente, en un intento por mantener al país en “primera fila” en la lucha mundial contra el cambio climático.
Bolsonaro, cuyas políticas medioambientales han recibido numerosas críticas de organizaciones ecologistas durante los últimos años, aprovechó su discurso telemático en la cumbre de líderes para reafirmar el “compromiso” de Brasil con el desafío medioambiental.
Así, actualizó las metas en la reducción de emisiones de gases contaminantes, de tal forma que en 2025 se hayan rebajado un 37 por ciento y que en 2030 la caída sea ya del 40 por ciento una década más tarde.
“Coincidimos, señor presidente (Joe Biden) con su llamamiento para establecer compromisos ambiciosos”, expresó, para acto seguido anunciar que la “neutralidad climática” podría llegar en 2050 en lugar de en 2060.
Bolsonaro, sin embargo, también defendió que Brasil no ha sido tradicionalmente uno de los países más contaminantes y señaló que emite a día de hoy un 3 por ciento de las emisiones contaminantes de todo el mundo. Ha defendido igualmente que el país cuenta uno de los ‘mix energéticos’ “más limpios del mundo”.
El presidente se comprometió a proteger el potencial natural de Brasil, por ejemplo mediante la erradicación de la deforestación ilegal antes de 2030, al tiempo que ha pedido a la comunidad internacional que se reconozca el especial peso que tiene el país dentro de la biomasa mundial.
“Es necesario que haya una remuneración justa por los servicios ambientales que brindan nuestros biomas al planeta para reconocer la naturaleza económica de las actividades de conservación”, subrayó.