Los líderes del Partido Comunista en Cuba iniciaron este viernes su VIII Congreso, un evento de cuatro días en el que se espera que Raúl Castro se retire de la política mientras el régimen que su hermano inició hace más de seis décadas se enfrenta a una aplastante crisis económica y a crecientes tensiones sociales.
Los delegados se reunieron cerca de las nueve de la mañana en el Palacio de Convenciones de La Habana para una ceremonia inaugural antes de iniciar los debates sobre la economía de estilo soviético de Cuba y las reformas adoptadas en el congreso del partido de 2011 que aún no se han aplicado en su totalidad.
En un breve video difundido por los medios oficiales cubanos se puede ver a Raúl Castro entrando en el plenario entre los aplausos de los delegados y acompañado por nieto y guardaespaldas Raúl Guillermo Rodríguez y el gobernante Miguel Díaz-Canel. A diferencia de eventos anteriores, el congreso no ha contado con una transmisión en vivo.
Desde Miami, la congresista María Elvira Salazar, dijo que con el congreso del partido se intentaba “un cambio fraude en Cuba”.
“Esta es una transferencia de poder falsa y patética entre los mismos canallas asesinos y corruptos que han destruido la isla durante los últimos 62 años. Puede ser que cambien los títulos, pero la represión permanece y aumenta cada día a medida que más y más cubanos en la isla levantan sus voces y arriesgan sus vidas por la libertad, la democracia y los derechos humanos”, dijo la congresista en un comunicado.
La reunión se anuncia como un “Congreso de Continuidad” en el que habrá una “transición gradual y ordenada” de responsabilidades a las “nuevas generaciones”, según la invitación oficial. Castro declaró en la última reunión de hace cinco años que dejaría el cargo de primer secretario general en 2021. El máximo cargo del partido se considera un puesto más poderoso que el de presidente.
El cambio de guardia dejaría a Cuba sin un Castro al frente del gobierno por primera vez en más de seis décadas y podría completar una transición generacional que se ha estado gestando desde hace años para llevar voces más jóvenes al podio. Se espera que el presidente de Cuba, Miguel Díaz-Canel, de 60 años, asuma la jefatura del partido.
El partido está sometido a una presión cada vez mayor para que proponga soluciones que mejoren la vida en la isla, ya que los cubanos se sienten frustrados por tener que hacer filas de varias horas para conseguir productos cada vez más escasos. Pero pocos esperan un cambio importante, incluso con el traspaso del liderazgo. New Herald.