AFP.- El presidente de El Salvador, Nayib Bukele, anunció este viernes que vetará una ley aprobada por el Congreso opositor, que eleva las penas para el tráfico ilegal de personas, “criminalizando” a los migrantes.
“Soy la última persona que quiere que nuestra gente se vaya. Pero no podemos seguir criminalizando la migración”, dijo el mandatario en su cuenta de Twitter.
“Alguien que secuestra y trafica a su víctima es muy diferente de alguien que ayuda a un grupo de gente desesperada a cruzar una frontera. Esta ley será vetada”, agregó, aludiendo a su derecho de bloquear una norma aprobada por la Asamblea Legislativa.
La nueva ley eleva las penas tanto para traficantes de personas como para quienes organicen o propongan caravanas, conspiren o colaboren con los migrantes, con hasta 12 años de cárcel.
El presidente Bukele ha puesto en la mira varias decisiones del saliente Congreso opositor, controlado por la derechista Arena y la exguerilla de izquierda Frente Farabundo Martí Para la Liberación Nacional (FMLN), ambas derrotadas ampliamente por los aliados de Bukele en los recientes comicios parlamentarios.
Los conservadores Nuevas Ideas y Gana, que respaldan al presidente y asumirán funciones el 1 de mayo, responsabilizan a sus antecesores de no generar oportunidades para evitar la migración de sus ciudadanos.
“Es una ley que castiga a todos por igual. Un vecino que ayude a otro tendrá el mismo castigo que un traficante de personas. Tendremos ley, sí, pero una nueva con un enfoque social que ataque las causas estructurales”, afirmó el diputado electo Christian Guevara, de Nuevas Ideas.
En Estados Unidos, viven 2,5 de los 3 millones de salvadoreños que residen en el exterior y sus envíos de dinero a familiares representan cerca del 16% del Producto Interno Bruto (PIB) del país centroamericano.
Desde octubre de 2018, miles de personas que parten principalmente desde el norte de Honduras, y a las que unen guatemaltecos y salvadoreños, han salido en caravanas intentando llegar a Estados Unidos, a pesar de las severas políticas migratorias impuestas durante el gobierno de Donald Trump (2017-2021).
Cientos de ellos depositan ahora sus esperanzas en que el nuevo presidente estadounidense, Joe Biden, sea más flexible en los permisos de ingreso, aunque él ya exhortó a que “no vengan” al país de forma ilegal.