AFP.- Un niño de 10 años gravemente discapacitado que fue asfixiado hasta la muerte por su madre “agotada” fue “víctima indirecta” del confinamiento contra el coronavirus, dictó este jueves una jueza británica.
La magistrada Bobbie Cheema-Grubb, del tribunal penal de Londres, consideró que Olga, la madre de Dylan Freeman, estaba “agotada” y había llegado al “límite de sus fuerzas” cuidando a su hijo, que requería cuidados las 24 horas del día.
Olga Freeman, de 40 años, admitió el homicidio y fue internada indefinidamente en un hospital psiquiátrico.
Es un caso “raro y desesperadamente triste”, afirmó la jueza al dictar la sentencia.
“No tengo ninguna duda de que usted fue una madre extraordinariamente cariñosa y dedicada a un niño vulnerable hasta que las múltiples presiones la abrumaron y su mente se vio inundada por una enfermedad destructiva”, declaró. “Hasta cierto punto, debe reconocerse que Dylan fue una víctima indirecta de la interrupción de la vida normal causada por la pandemia de covid-19”.
Olga Freeman entró en una comisaría el 16 de agosto para confesar que había matado a su hijo, que tenía numerosos problemas de salud física y mental.
Los agentes de policía lo encontraron en un dormitorio de su casa en Acton, al oeste de Londres, cubierto por un edredón y rodeado de juguetes.
El tribunal supo que su madre había tenido dificultades para cuidar de su hijo durante el primer confinamiento y durante los meses de verano, y que había sufrido una crisis mental.
Un psiquiatra dijo que Olga había desarrollado síntomas psicóticos debido al “fuerte estrés” de las restricciones impuestas al tener que quedarse en casa, que se vio agravado por el cierre de la escuela especial de Dylan.
El exmarido de Freeman, el célebre fotógrafo Dean Freeman, criticó a los sucesivos gobiernos británicos por no financiar adecuadamente los servicios de ayuda a las personas con problemas de salud mental y necesidades especiales.