AFP.- Los desafíos económicos que enfrenta el nuevo presidente estadounidense Joe Biden quedaron en evidencia una vez más este jueves por el número de personas que pidieron subsidios por desempleo, un termómetro de los daños causados por la pandemia en la mayor economía mundial.
Las inscripciones semanales a los subsidios de desempleo bajaron en Estados Unidos la semana pasada sobre la anterior, pero siguen en niveles excepcionalmente altos, según datos divulgados un día después de la toma de posesión de Biden por el Departamento de Trabajo.
Entre el 10 y el 16 de enero, 900.000 personas se inscribieron a estas ayudas, frente a 926.000 la semana anterior, una cifra revisada a la baja. Los analistas esperaban un descenso mayor, a 845.000 inscripciones.
Estos números son superiores a iguales períodos entre 2008 y 2010, durante la crisis hipotecaria, cuando Biden era el vicepresidente de Barack Obama.
En la primera semana del año se produjo un aumento de inscripciones a estos subsidios, principalmente porque el derecho de los trabajadores a pedirlas fue prolongado, lo cual permitió a muchas personas cuyos beneficios caducaban, volver a inscribirse.
Esa misma semana, poco más de cinco millones de personas recibían estos subsidios, 127.000 menos que la semana anterior, pero en total son 16 millones de trabajadores que reciben algún beneficio por desempleo, una cifra que podría aumentar.
El gobierno también reportó 423.734 nuevas inscripciones al programa de Asistencia al Desempleo en Pandemia, que beneficia a trabajadores autónomos que habitualmente no pueden recibir subsidios por desempleo. El dato muestra una duplicación sobre la semana anterior considerada, luego de una breve interrupción del programa por desacuerdos políticos en Washington.
“Los despidos avanzan a un ritmo acelerado, reflejando el impacto de las medidas de contención” de la pandemia de coronavirus, explicó Rubeela Farooqi, de High Frequency Economics, en un análisis.
“Es probable que las condiciones no mejoren hasta que las infecciones puedan controlarse, y la economía pueda reabrir”, concluyó.
– Empleo: desafío inmediato –
Los pedidos de subsidios de desempleo se dispararon en Estados Unidos luego de que estados y ciudades restringieran la apertura de comercios en todo el país cuando el covid comenzó a impactar en marzo.
Desde entonces el mercado laboral ha mejorado, y la tasa de desempleo pasó de 14,7% en abril a 6,7% actualmente.
Biden propuso antes de asumir el miércoles, un plan de estímulo económico 1,9 billones de dólares que también busca contribuir a expandir la campaña de vacunación contra el coronavirus.
“El estímulo fiscal, así como una mayor aplicación de la vacuna, hacen prever un buen futuro para el mercado laboral, pero con la pandemia todavía avanzando, los pedidos (de subsidios laborales) deberían continuar elevados en el mediano plazo”, indicó Lydia Boussour, de Oxford Economics.
Con los demócratas de Biden controlando las dos cámaras del Congreso, resta por verse el apoyo que su plan tendrá entre los republicanos, usualmente más reacios a intervenciones masivas del Estado en la economía.
Michael Feroli, de JP Morgan, prevé que el Congreso podría llevar el plan del mandatario a un rango de 900.000 millones de dólares, similar al último plan de estímulo aprobado a fines de diciembre y que ya empezó a distribuirse en forma de ayudas directas en efectivo a familias y empresas.
Incluso este monto inferior al propuesto por Biden podría impulsar el PIB este año 2021 a un crecimiento de 5,3% y de 2,6% en 2022, estimó Feroli, en un contexto de bajísima inflación y tasas de interés que se mantendrán prácticamente en cero.