Un equipo de médicos ha encontrado una bala alojada en el cerebro de un niño después de que acudiera el viernes a un hospital de Jerusalén con somnolencia. Tras llevar a cabo una tomografía, los especialistas se percataron del proyectil y de inmediato sometieron al paciente a una cirugía.
La madre informó que su hijo estaba jugando con sus amigos y creía que “tal vez algo le cayó encima”. El neurocirujano a cargo, Guy Elor, dijo a The Times of Israel que “la historia realmente no estaba clara”, que el menor estaba consciente y solo tenía una pequeña herida en la cabeza.
“Nadie en el hospital tenía idea de que le habían disparado con un arma. Era un niño de nueve años que tenía un poco de sueño”, agregó el doctor tras señalar que la situación “fue bastante extraña”.
Según los análisis la bala entró en la cabeza por el lado derecho, atravesó el cerebro y se detuvo en la parte posterior del cráneo. Elor precisó que tuvieron que usar algunas herramientas de alta tecnología mientras la cabeza del paciente estaba abierta para poder extraer la bala.
El especialista explicó que el niño “tuvo mucha suerte” pues “si la bala hubiera entrado en otro ángulo, habría causado mucho más daño al cerebro y dejado un daño neurológico significativo“. El domingo, los expertos confirmaron que el menor estaba en buenas condiciones, despierto y podía mantener comunicación con los demás.
Por su parte, la Policía ha abierto una investigación para determinar lo ocurrido. Sin embargo, las autoridades han planteado la posibilidad de que la bala provenga de los disparos realizados en el festival musulmán Eid el-Adha celebrado el fin de semana. Fuente: RT