En un valle en el centro de Chile, cerca de lagos y montañas, se encuentra una de las ciudades con el aire más contaminado del mundo. A diferencia de Pekín y Nueva Deli, que sufren el mismo problema, la contaminación aérea de Temuco no es fruto de la actividad económica, sino de la pobreza.
Cada año, entre los meses de junio y agosto, la ciudad de Temuco se desploma hasta el fondo de los rankings de calidad del aire en el mundo. Durante estos tres meses los termómetros en la ciudad chilena bajan hasta los cuatro grados centígrados, y sus 220.000 residentes no tienen otro remedio que quemar leña, a veces húmeda, para poder calentarse.
Temuco tuvo la peor calidad de aire en el mundo al menos cinco días en las últimas ocho semanas, incluyendo los días 8 y 9 de julio, de acuerdo con los datos recogidos por la agencia Bloomberg y la organización sin ánimos de lucro OpenAQ. Además, 25 de las 30 ciudades más contaminadas de Sudamérica se encuentran precisamente en Chile, señaló el informe anual del 2019 preparado por la consultora suiza IQAir.
No es un secreto que el aire extremadamente contaminado puede causar una serie de enfermedades graves.
“Existe una correlación casi perfecta entre los niveles de contaminación y las visitas al médico por enfermedades o fallos cardíacos”, señaló el cardiólogo de Temuco Fernando Lana citado por la agencia.
La madera al quemarse produce el hollín y partículas microscópicas que, según varios estudios, acaban acumulándose en casi todos los órganos y aumentan de esta manera el riesgo de sufrir problemas cardíacos, derrames cerebrales, asma, neumonía y cáncer de pulmón.
Esta tendencia se ha convertido en un gran dolor de cabeza este año tanto para los residentes locales como para los médicos a medida que la pandemia pasó a propagarse por las dos Américas. En abril, Temuco fue una de las primeras ciudades chilenas en introducir la cuarentena.
Resulta que el aumento de la exposición a pequeñas partículas en el aire en proporción de solo un microgramo por metro cúbico incrementa un 8% la tasa de mortalidad por COVID-19, señaló un estudio publicado por la Universidad de Harvard.
A su vez, el reporte preparado por el Ayuntamiento de Temuco en cooperación con la Universidad de la Frontera relacionó el descenso repentino de las temperaturas y el aumento de la contaminación atmosférica con la duplicación de los nuevos casos de contagio con el coronavirus registrada diariamente desde finales de marzo.
El Gobierno de Chile pasó a preocuparse por los periodos en los que la contaminación aérea suele empeorar en todo el sur del país, y ahora está tratando de reducir las facturas de la electricidad para que más chilenos puedan permitirse utilizarla en vez de recurrir a la leña para calentar sus hogares, señaló el ministro de Energía, Juan Carlos Jobet. Sin embargo, se necesita más tiempo para que la medida surta efecto y probablemente no cambie los hábitos de los chilenos durante este invierno, agregó. Fuente: Sputnik