Un sismo de magnitud 7,5 se registró este martes a 12 kilómetros del municipio de Crucecita, en el sureño estado de Oaxaca, provocando una sacudida en varios puntos del país incluida la capital mexicana.
México está en un contexto telúrico complicado por la interacción de cinco placas tectónicas, las de Cocos, de Norteamérica, del Pacífico, de Rivera y del Caribe.
Tras un primer vuelo de helicópteros, la jefa de gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum, informó que no se había encontrado ningún incidente de gravedad en la metrópoli. Precisó que hasta el momento sólo se han reportado leves desprendimientos de bardas y caídas de árboles.
El presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, también dio a conocer los detalles del sismo en dos videos, y mencionó que ya establecieron comunicación con los diferentes estados para “estar a salvo ante cualquier réplica. Vamos a estar informando y a mantener la calma”, dijo en un video a través de su cuenta de Twitter.
Oaxaca, la entidad del epicentro, se habría llevado la peor parte en el recuento de las autoridades hasta este mediodía. El gobernador del Estado, Alejandro Murat, confirmó a la radio mexicana que terremoto dejó al menos una persona muerta y otra herida en el municipio costero de Huatulco.
Temblores como el de este día traen a la memoria de los mexicanos los peores recuerdos de 1985 y 2017, cuando la ciudad entera se paralizó ante las impactantes consecuencias que dejó cada uno tras de sí.
Al impacto emocional de aquel 19 de septiembre de 2017 se le sumó hecho de que justamente ese día se cumplían 32 años del terremoto de 1985, que quedó en la memoria de los residentes capitalinos como un gran desastre, y que provocó la muerte de más de 20.000 personas.
La probabilidad de que se produzca un terremoto el mismo día y con 32 años de diferencia es del 5 % en un país como México donde, según expertos en Geofísica de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), se registra una media de dos potentes sismos al año con una magnitud superior a 7 en la escala de Richter.
El del 19 de septiembre de 1985 ocurrió a las 7.19 horas locales (13.19 GMT) con una magnitud de 8,2 Richter y con epicentro en el estado de Guerrero y dejó más de 20.000 muertos, la mayor parte en la capital mexicana.
El ocurrido el 19 de septiembre se registró a las 13.14 horas locales (18.30 GMT) con epicentro en los límites de los estados de Puebla y Morelos, y dejó un saldo de 369 muertes en el centro del país. Sin embargo, todavía hay decenas de personas que duermen en campamentos improvisados a la espera de que se les cumpla la promesa de que sus hogares sean reconstruidos.
Desde que ocurrió el terremoto de 2017, son frecuentes las denuncias sobre edificios mal construidos, y que se desplomaron o sufrieron daños irreparables.
Durante un período de 11 meses, la organización civil Mexicanos contra la corrupción y la impunidad (MCCI) investigó la historia de construcción de 28 edificios que resultaron dañados o se derrumbaron. En la mayoría de los casos se utilizaron materiales de baja calidad para las edificaciones, y en otros se realizaron modificaciones que afectaron la estructura de los inmuebles.
Sin embargo, a pesar de las dimensiones de la tragedia de 1985 y hace 3 años, hasta la fecha no se ha logrado establecer un censo de la condición en que se encuentran la mayoría de los edificios de la capital. Fuente: Infobae