Dicen que cuidar plantas da una paz que con pocas cosas se puede conseguir. Tener plantas alrededor te libera del estrés, purifica el aire, anima el ambiente… Demasiados beneficios como para dejarlos pasar por alto. Pero claro, otro cantar es que se te de bien cuidar de las plantas, porque no todo el mundo tiene los pulgares verdes o esa habilidad especial que parece necesaria para que una planta no se te muera a los cincos minutos, por muy fácil que te digan que es. Es más, aquellos que parecen negados para cuidar un simple ficus, probablemente se llenarán de orgullo y satisfacción cuando una de sus plantitas parece durar más de lo habitual. Eso mismo le pasó a una mujer británica, Caelie Wilkes, cuando descubrió que todo el mimo con el que había cuidado a su pequeña plantita suculenta durante los últimos dos años había sido en vano: era de plástico.
Las plantas suculentas se han convertido en las plantas de moda, sobre todo para los negados para jardinería; ocupan poco espacio, necesitan pocos cuidados y crecen en cualquier sitio. Son plantas a prueba de manos inexpertas, es casi imposible que algo salga mal, pero aún así Caelie le puso todo el empeño en su cuidado.
“He tenido esta bella suculenta durante dos años. Estaba muy orgullosa de esta planta. Estaba florecida, con un color precioso; era la planta perfecta. La tenía en la ventana de mi cocina. Tenía un plan de riego para ella, y si alguien intentaba regarla me ponía a la defensiva, porque quería seguir dándole un buen cuidado. Amaba a mi suculenta”, explica Caelie, que ha decidido compartir su historia en su cuenta de Facebook. Sin embargo, aunque Caelie estaba convencida de que su planta resistía contra viento y marea, llegó el momento de trasplantarla a otra maceta y se dio cuenta de la realidad: la planta no tenía raíces, sino un trozo de corcho en su base.
“Hoy decidí que era momento de trasplantarla, había encontrado una maceta monísima, que le iba a la perfección. La saqué de su maceta de plástico original con la que la compré y me di cuenta de que esta planta era ARTIFICIAL. ¡Le he dado mucho amor a esta planta! Le lavaba las hojas. He intentado todo para que se viese de la mejor manera, ¡y es toda de plástico! Cómo no sabía esto. La he sacado del contenedor y estaba asentada en corcho con arena pegada encima. Siento que estos últimos dos años han sido una mentira”.
Como era de esperar, su confesión se ha vuelto viral, y su desesperación ha llegado incluso a los responsables de la cadena Home Depot, que para intentar que no desista en su actividad jardinera, le han enviado unas cuantas plantas (reales) para que siga con sus cuidados; eso sí, sin mentiras.
Fuente: LaVanguardia