Patria, Minerva y María Teresa Mirabal —tres hermanas de una familia de clase media, todas casadas con hijos— pueden no parecer las revolucionarias más probables. Pero viviendo bajo el brutal dictador de la República Dominicana, Rafael Trujillo, a fines de la década de 1950, las hermanas Mirabal arriesgaron sus vidas para trabajar en la resistencia. Durante los 31 años de Trujillo en el poder, el régimen reprimió violentamente las libertades civiles y la disidencia. Las hermanas Mirabal ayudaron a organizar y hacer crecer el movimiento clandestino desafiando al régimen, y fueron arrestadas repetidamente por sus actividades.
Una vez, Minerva descartó los temores de sus aliados por su vida y dijo: “Si me matan, sacaré los brazos de la tumba y seré más fuerte”. Ella cumplió la promesa. El asesinato del estado de las tres hermanas , de 36, 34 y 25 años el 25 de noviembre de 1960, indignó al público y fue un detonante clave para el asesinato de Trujillo por parte de un grupo de disidentes y ex aliados seis meses después.
Después de la transición a la democracia a fines de la década de 1970, las Mariposas, como los dominicanos llaman hermanas, se convirtieron en símbolos de resistencia tanto democrática como feminista. Una cuarta hermana de Mirabal, Dede, que participó menos activamente en la resistencia, sobrevivió al régimen y ayudó a continuar el legado de sus hermanas hasta su muerte en 2014, estableciendo una fundación y un museo a su nombre. La ONU convirtió la fecha de su muerte en el Día Internacional para la Eliminación de la Violencia contra la Mujer. – Ciara Nugent
Este artículo es parte de 100 Mujeres del año , la lista de TIME de las mujeres más influyentes del siglo pasado.
Traducido del Inglés