En 1973, millones de estadounidenses sintonizaron lo que Variety llamó “la telenovela más popular”: las audiencias del Senado en el caso Watergate que llevaron a la renuncia del presidente Richard Nixon.
Fue una experiencia comunitaria y, según algunas estimaciones, más del 80% de los estadounidenses sintonizaron al menos parte de las transmisiones de Watergate. Se veía en los canales de ABC, CBS y NBC, así como por PBS, que ganó elogios y espectadores al mostrar no solo a las audiencias en vivo sino también largas repeticiones en horario estelar.
Ver a los testigos declarar contra el presidente movió a la opinión pública decididamente a favor de la destitución.
Pero esta vez podría ser diferente.
Cuando la investigación de juicio político que lleva a cabo la Cámara de Representantes contra el presidente Donald Trump comience su fase pública el miércoles, la gente estará mirando en pantallas grandes y pequeñas. De hecho, es probable que muchos sigan el proceso en más de una pantalla y refuercen en tiempo real de sus puntos de vista preexistentes hacia Trump en plataformas de redes sociales y otros lugares que no existían en la época de Nixon.
“La gente ahora tiene una variedad mucho mayor de opciones para consumir esto”, dijo Tobe Berkovitz, profesor de comunicaciones en la Universidad de Boston.
Las audiencias de Watergate dieron un giro dramático cuando surgió la pregunta de cuánto sabía Nixon y desde cuándo, lo que al final reveló que el presidente estaba implicado en un encubrimiento.
En el caso de impeachment a Bill Clinton en 1998, hubo un giro similar cuando el vestido azul de Monica Lewinsky manchado de semen socavó la afirmación de Clinton de que nunca había tenido relaciones sexuales con ella.
Sin embargo, Kathleen Hall Jamieson, directora del Centro de Política Pública Annenberg de la Universidad de Pensilvania, cree que aquellos que esperan un momento igual de dramático en el caso de Trump, se van a decepcionar dado que ya se han presentado testimonios importantes en sesiones a puerta cerrada.
Darrell West, experto en ciencias políticas y vicepresidente de la Brookings Institution, reconoce que la mayoría del público ya tiene una decisión sobre la culpabilidad o inocencia de Trump.
Arthur Sanders, profesor de política en la Universidad de Drake en Des Moines, Iowa, recordó que el apoyo público a la acusación de Nixon creció a medida que avanzaba la investigación televisada de Watergate, mientras que la mayoría de los estadounidenses seguían oponiéndose a la destitución de Clinton en cada etapa de su proceso.
“Los demócratas esperan que esto siga el modelo de Nixon; Trump siempre ha esperado que siga el modelo de Clinton”, dijo Sanders.
Independientemente de la forma que tome la audiencia, Sanders sabe de algunos estadounidenses que están ansiosos de seguir el drama del juicio político contra Trump.
Fuente: VOA