Cumbre sobre abusos en Vaticano: “el silencio no es ya aceptable”

Cumbre sobre abusos en Vaticano: “el silencio no es ya aceptable”

VATICANINSIDER.- “El silencio ya no es aceptable, sea en forma de omertà o síndrome de negación. Debemos alejarnos de cualquier complicidad o código de silencio”. Son las palabras clave de una semana clave en el pontificado de Francisco. Las pronunció el arzobispo maltés Charles Scicluna, al presentar la cumbre sobre los abusos sexuales contra menores convocada por el Papa del 21 al 24 de febrero. Una cita que reunirá a 190 clérigos de los cinco continentes. Al presentar los detalles, Scicluna fue categórico: “No abandonaremos jamás la defensa de los inocentes. Yo no cederé nunca, siempre lo volveré a intentar”.

Ante una sala de prensa del Vaticano repleta, con la atención por las nubes, la mañana de este lunes 18 de febrero comparecieron ante la prensa internacional los organizadores del “Encuentro para la tutela de los menores en la Iglesia”: el cardenal arzobispo de Chicago, Blase Cupich; el moderador y presidente de la Fundación Ratzinger, Federico Lombardi; el presidente del Centro para el Cuidado de los Menores de la Universidad Gregoriana, Hans Zollner, y el propio Scicluna.

Cupich y Scicluna marcaron el tono. Aunque los anticipó Alessandro Gisotti, director de la sala de prensa vaticana. “Se necesita el empeño de todos para mirar a la cara a este monstruo”, precisó en una peculiar declaración introductoria. Agradeció a las víctimas “por su coraje” y ratificó la voluntad de la Santa Sede por lograr que la Iglesia católica se convierta en una “casa acogedora” para todos los niños. “Por nuestros hijos”, remató.

“Nos reunimos porque queremos ser conscientes sobre la importancia de la tutela de los menores, de nuestra responsabilidad como pastores”, explicó Scicluna. “No podemos actuar solos, necesitamos ayuda”, agregó. Y recordó que la cumbre girará en torno a tres ejes: “responsabilidad, rendición de cuentas y transparencia”.

Reconoció que la negación es “una reacción primitiva” que debe quedar en el pasado, y por eso se eligió a la transparencia como uno de los aspectos fundamentales de la cita, porque existe la necesidad de “romper el código de silencio”. “Debemos afrontar los hechos, sólo esto nos traerá solución”, insistió.

Por más de 10 años, el ahora arzobispo de Malta fue el fiscal del Vaticano para los delitos graves de los sacerdotes (delicta graviora). En ese tiempo desarrolló un particular sentido de realismo y se convirtió en uno de los hombres más respetados, por su seriedad a la hora de afrontar los más escabrosos procesos canónicos contra pederastas de diversas latitudes. 

Tras un sorpresivo exilio en tiempos del Papa Benedicto XVI, poco a poco Francisco ha forjado su regreso a la Curia Romana. Con esa autoridad moral, sin dudas ni estridencias, Scicluna reconoció este día que existe un sistema que ha permitido el encubrimiento de los abusos en la Iglesia y que, para desmontarlo, se requiere el compromiso del liderazgo mundial de la misma Iglesia. Por eso, continuó, juntar a un grupo representativo de los líderes eclesiásticos del orbe en un mismo salón y con el Papa “es ya un paso muy importante”.

Ni Scicluna, ni Cupich destilaron exagerado optimismo. Respondieron desde la sobriedad y advirtieron, varias veces, que ir a fondo en este problema lleva su tiempo. Empero, el cardenal arzobispo de Chicago consideró que después de la cumbre de esta semana iniciará una “nueva etapa” en materia de transparencia, un “punto de quiebre”. “No podemos decir que se acabarán los abusos en el mundo y en la Iglesia, pero sí que este problema será nuestra prioridad”, garantizó.

“Es importante que se entienda que el Papa quiere indicar a todos los obispos el hecho que deben asumirse la propia responsabilidad. También hay que indicar los pasos concretos, porque se requiere tener en cuenta lo que se debe hacer. Los obispos deben ahora entender cuáles son las responsabilidad y asumirlas, y esta es la ocasión para tener las ideas claras”, apuntó Cupich. 

Además reveló que el Papa Francisco ha seguido de cerca los detalles de la cumbre. “Quiere que nos concentremos en los niños, en dar voz a los que no tienen voz. Si realizamos bien este trabajo, nos ayudará a solucionar otros problemas en la Iglesia”, continuó.

Tanto él como Scicluna aclararon que, en la reunión, no habrá distracciones del tema ya establecido. Se tratará sobre la salvaguardia de los niños y punto. Los abusos sobre mujeres consagradas, sobre adultos vulnerables, la sexualidad en los seminarios y la homosexualidad en el clero no centrarán la atención. Aunque se trata de asuntos de estricta actualidad. Con escándalos a la orden del día.

“Se compartirán buenas prácticas y se ayudará a los obispos a enfrentar situaciones distintas. No queremos subestimar las otras problemáticas, pero si hacemos bien nuestro trabajo seguramente habrá un efecto benéfico en otras cuestiones”, continuó el arzobispo maltés.

Para el pastor de Chicago, el objetivo principal es que los obispos asuman todos su propia responsabilidad, no sólo los presidentes de las conferencias episcopales que estarán presentes en Roma. Por eso destacó la importancia de una amplia cobertura mediática a la cumbre, ya que eso ayudará a que el mensaje llegue a toda la Iglesia. 

Los detalles logísticos de la cumbre fueron explicados por Federico Lombardi, quien fungirá como moderador. Cada día comenzará con las oraciones de la mañana y seguirá con conferencias brindadas por cardenales o personalidades diversas, entre ellas tres mujeres. Cada tarde estará dedicada a trabajos por grupos lingüísticos (cuatro en inglés, tres en español, dos en italiano y en francés). La tarde-noche del sábado está prevista una ceremonia penitencial en la Sala Regia del Palacio Apostólico Vaticano y el domingo una misa en el mismo lugar, con un discurso conclusivo pronunciado por Francisco. 

Un espacio estará reservado a las víctimas, procedentes de diversos países. Al inicio del primer día de sesiones se proyectará un video en el aula y en otros momentos se escucharán testimonios adicionales, de personas presentes. Pero no se conocerán los nombres de quienes tomarán la palabra, “por respeto a su voluntad de no ser publicitados”, aclaró Lombardi. 

Los organizadores otorgaron gran importancia al “follow up”, es decir al monitoreo y al seguimiento de los trabajos de estos días. Porque, como explicó Scicluna, resulta poco realista esperar que en pocos días se obtengan resultados definitivos. De ahí el llamado del Papa a no exagerar en las expectativas sobre la cumbre. 

Lo resumió categórico: “Mayores son las expectativas, mayor es la frustración. No se pueden resolver todos los problemas en tres días, sería una expectativa irracional. Si, al contrario, esperamos el seguimiento después del encuentro, la expectativa se vuelve razonable”.  

Fuente: VaticanInsider