La Casa Blanca prohibió al gobierno federal financiar actividades de intercambio educativo y cultural con funcionarios y entidades estatales de Cuba, Siria, Rusia y Corea del Norte como parte de los esfuerzos de la administración para evitar el tráfico de personas en esos países, según un memorando enviado al Departamento de Estado.
“Estados Unidos no proporcionará asistencia no humanitaria ni relacionada con el comercio, ni permitirá que los funcionarios o empleados de los gobiernos de Cuba, la República Popular Democrática de Corea, Siria y Rusia participen en programas de intercambio educativo y cultural para el año fiscal 2020”, dice el documento firmado por el presidente Donald Trump.
La directiva presidencial condiciona los fondos para intercambios educativos y culturales a que estos países “cumplan con los estándares mínimos de la Ley para la eliminación del tráfico humano o hagan esfuerzos significativos para cumplir con los estándares mínimos”. Estados Unidos ha incrementado su presión sobre el gobierno cubano para que abandone a su principal aliado y benefactor, el régimen de Nicolás Maduro en Venezuela. Washington cree que Cuba es el principal soporte de Maduro y que sin el apoyo cubano sería mucho más rápida una transición hacia la democracia en ese país, que vive la peor crisis humanitaria de su historia.
El memorando de la Casa Blanca, sin embargo, no impide que los gobiernos locales y estatales continúen contratando a artistas cubanos o financiando diversos tipos de intercambio cultural y educativo con la isla. Tampoco tiene efecto sobre empresarios privados que pueden seguir trayendo a EEUU a músicos que residen en la isla para conciertos.
Un funcionario del Departamento de Estado dijo al Herald que las sanciones estaban vinculadas con el deterioro de la evaluación de Cuba en el informe anual sobre tráfico de personas. En junio EEUU colocó a Cuba en la peor categoría en su escala de países que no hacen lo suficiente para combatir la trata de personas. Washington acusa a La Habana de graves violaciones de los derechos laborales de los médicos que la isla ha enviado a más de 65 países en misiones oficiales.
La decisión del gobierno de Trump afectará a instituciones que reciben fondos federales y mantienen intercambios con entidades del gobierno cubano. En el pasado la National Endowment For The Arts financió programas por más de $100,000 para promover el intercambio entre artistas de la isla y Estados Unidos. Otras agencias gubernamentales bajo la Administración de Barack Obama patrocinaron eventos donde estuvieron implicadas empresas estatales cubanas o empleados del gobierno.
El intercambio cultural entre Cuba y EEUU ha sido blanco de duras críticas por parte de sectores del exilio cubano que consideran que es una vía de entrada de divisas al gobierno de la isla. Las empresas estatales cubanas contratan a los artistas y se quedan con más de la mitad de las ganancias de sus giras internacionales, una estrategia similar a la que utilizan con médicos, profesores y obreros en “misiones internacionalistas”.
La venta de servicios es la principal fuente de ingresos de la economía cubana. El pasado año Cuba reportó ingresos de más de $6,000 millones por este rubro. Organizaciones internacionales de derechos humanos han mostrado su desacuerdo con este tipo de convenios, a los que califican como “esclavitud moderna” y “trata de personas”.
La Casa Blanca también dio orientaciones a los representantes estadounidenses en organismos financieros internacionales como el Fondo Monetario Internacional para bloquear cualquier tipo de préstamos que redunde en beneficio de los gobiernos de Cuba, China, Corea del Norte, Irán, Mauritania, Rusia, Arabia Saudita, Siria y varios países africanos.
EEUU hará excepciones con aquellos préstamos que sean para satisfacer “necesidades humanas básicas” y “ayuda al desarrollo”.
Orlando Gutiérrez Boronat, líder del Directorio Democrático, con sede en Miami, apoyó la iniciativa de la Casa Blanca y rechazó la idea de que exista un intercambio cultural entre Cuba y EEUU.
“Nunca ha habido intercambio cultural. Ha sido una exportación cultural de una sola vía por el régimen Castrista. Las sanciones [de EEUU] apuntan a una sola dirección: la normalización de las relaciones entre Cuba y Estados Unidos solo puede ocurrir tras el cese de la represión, la devolución de las libertades conculcadas al pueblo cubano y elecciones libres multipartidistas”, dijo Gutiérrez Boronat al Herald.
En junio, el gobierno de la ciudad de Miami aprobó una resolución que condenaba el intercambio cultural con Cuba y prohibía el uso de fondos del gobierno local e instalaciones para este tipo de intercambio.
“Esta resolución le pide al gobierno federal que termine el intercambio cultural y nos da todos los poderes posibles para que nosotros, como gobierno local, evitemos que los artistas de la isla utilicen los recursos públicos”, dijo el alcalde de la ciudad, Francis Suárez, una vez que se aprobó la normativa.
Para Ricardo Herrero, director del Cuba Study Group, “parece que el gobierno quiere producir titulares de que está sancionando a Cuba cada vez más sin hacer nada que tenga alguna consecuencia en la realidad”.
“Estas medidas tratan de prohibir actividades que o no están tomando lugar o ya están prohibidas bajo la Ley Helms-Burton”, agregó Herrero, contrario al fin del intercambio cultural con la isla.
“Tuvimos cerrado el intercambio cultural con Cuba por muchísimos años y eso no ayudó a la sociedad civil ni al pueblo cubano. Tampoco le hizo ningún daño al gobierno. Pensar que ahora tendrá un resultado diferente es absurdo”, dijo.
Herrero lamentó que el gobierno de Estados Unidos intente promover la libertad de movimiento en Cuba limitando la propia libertad de los cubanos para viajar. “Es una manera bastante torpe de lograr los cambios”, agregó.
Fuente: ELNuevoHerlad