Rousseff acusa a su vicepresidente de conspirar contra ella

Rousseff acusa a su vicepresidente de conspirar contra ella

RIO DE JANEIRO (AP) — La presidenta brasileña Dilma Rousseff criticó el martes a los dos hombres que podrían reemplazarla si es llevada a juicio político, y se refirió al vicepresidente Michel Temer y al presidente de la cámara baja Eduardo Cunha como las "cabezas de la conspiración" para destituirla.

Rousseff hizo tales señalamientos en un discurso ante maestros y estudiantes que pronunció en el palacio presidencial en Brasilia.

El lunes se dio a conocer una filtración presuntamente accidental a la prensa de un discurso a la nación que Temer pretendía pronunciar tras una hipotética votación en el Congreso que suspendería a Rousseff de su puesto.

En la grabación de 13 minutos, que Temer dijo envió sin querer a los legisladores a través de una aplicación de mensajería instantánea, el vicepresidente habla como si ya hubiera asumido el puesto más importante del país.

Rousseff dijo que se sintió "impactada" al escuchar la grabación, que considera "revela traición hacia mí y hacia la democracia".

"Se les cayó la máscara a los conspiradores", expresó.

"Realmente no sé quién es el jefe y quién es el segundo al mando", afirmó Rousseff, refiriéndose a Temer y a Cunha, ambos integrantes del Partido del Movimiento Democrático Brasileño, que se retiró de la coalición gobernante de Rousseff a fines del mes pasado.

"Uno de ellos es la mano no tan invisible que está encabezando este proceso de juicio político, a través de la perversión del poder y abusos inimaginables", declaró. "El otro se está frotando las manos y está ensayando la farsa de lo que sería un discurso de toma de posesión".

En Twitter, el director de la oficina de Rousseff y confidente cercano de la presidenta, Jacques Wagner, dijo que "no hay posibilidad de perdón para los conspiradores".

"Después de que el juicio político sea desechado, la única posibilidad que le queda a Temer es la renuncia", escribió Wagner.

Se necesitan 342 votos entre los 513 miembros de la Cámara de Diputados para que el proceso avance, y los analistas indican que el resultado aún está en el aire. Rousseff recibió el martes un nuevo golpe cuando 31 de los 47 diputados del Partido Progresista, el cuarto más importante del país y miembro de su coalición gobernante, anunciaron que votarían a favor del juicio político.

Mark Toner, portavoz del Departamento de Estado norteamericano, dijo a reporteros que Washington confía en la capacidad de Brasil para superar su crisis política.

"Creemos que la democracia de Brasil es madura. Es lo suficientemente fuerte para asegurar que sus desafíos políticos actuales sean enfrentados y solucionados de una forma que le ayude a Brasil a prosperar", dijo Toner en Washington.

Por su parte, el mandatario venezolano Nicolás Maduro afirmó el martes que Rousseff y el ex presidente brasileño Luis Inácio Lula da Silva están enfrentando un "golpe de Estado".

El lunes, una comisión legislativa acercó a Rousseff un paso más a su juicio político tras aprobar un informe en favor de su destitución.

El proceso se deriva de las acusaciones de que su gobierno violó las leyes fiscales para enmascarar problemas presupuestarios al mover las cuentas bancarias del gobierno de un banco a otro.

Partidos de oposición dicen que la manipulación de medidas contables le permitió aumentar el gasto público para obtener votos.

Rousseff y sus partidarios dicen que las acusaciones son falsas e insisten en que las maniobras financieras como las que ella hizo son práctica común, y fueron aplicadas por dos presidentes anteriores. En repetidas ocasiones ha denunciado los procedimientos como una descarada toma del poder por parte de sus adversarios.

Sus opositores dicen que el proceso de juicio político es apoyado por la mayoría de los brasileños.

Los índices de aprobación de Rousseff han bajado drásticamente en medio de la peor recesión en décadas, un aumento en el desempleo y la inflación, y una pesquisa de corrupción en la paraestatal Petrobras en la que se han visto involucrados decenas de altos políticos, así como algunos de los ejecutivos empresariales más ricos y poderosos de Brasil.

La persona más reciente en verse involucrada en el escándalo fue un ex senador, detenido el martes en la madrugada. Las autoridades dijeron que Gim Argello fue colocado en prisión preventiva, acusado de aceptar sobornos de firmas de la construcción involucradas en una red de corrupción en Petrobras.

Presuntamente el dinero ilegal fue recibido a cambio de la ayuda de Argello con el fin de evitar que los ejecutivos de las firmas fueran convocados para que se presentaran ante comisiones del Congreso que investigan la red de corrupción.

El fiscal federal Carlos Fernando de Lima dijo que posteriormente los fondos ilícitos eran traslados a partidos políticos como si fueran donativos legales.

Lima les dijo a los periodistas en una conferencia de prensa que esa práctica "ha existido por largo tiempo", e hizo énfasis en que "la corrupción en Brasil no distingue partido".

Un asesor de Argello y otra persona fueron detenidas temporalmente en la redada.