La explosión se produjo a las 9 de la noche (hora local), en la base de pruebas nucleares de Punggye-ri, ubicada en el condado de Kilju.
Este es el primer test realizado por el régimen de Pyongyang con un arma termonuclear, cuya detonación es mucho más poderosa que aquellos dispositivos atómicos convencionales que ha utilizado Corea del Norte en sus tres pruebas anteriores de 2006, 2009 y 2013.
Corea del Sur pedirá sanciones
Corea del Sur aseguró que cooperará con la comunidad internacional para sancionar a Corea del Norte y al mismo tiempo elevó el nivel de alerta de sus Fuerzas Armadas después que el régimen de Kim Jong-un anunció que detonó una bomba de hidrógeno.
"Seúl condena enérgicamente a Corea del Norte por llevar a cabo una cuarta prueba nuclear en una clara violación de las resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU", expresó el Ministerio de Exteriores en un comunicado.
El Gobierno surcoreano también se comprometió a cooperar con Estados Unidos y otros países para acometer las respuestas que considera necesarias; entre ellas, ampliar las sanciones que la ONU impone a Corea del Norte por sus anteriores ensayos atómicos y de misiles.
Mientras tanto, la presidenta Park Geun-hye convocó una reunión del Consejo Nacional de Seguridad de Seúl para analizar el suceso y buscar medidas de respuesta.
Por su parte, las Fuerzas Armadas surcoreanas, que mantienen una alianza con EE.UU. para situaciones de contingencia en la península de Corea, elevaron el nivel de alerta de las tropas y extremaron la vigilancia sobre el país vecino tras la detonación nuclear.